El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una ola de indignación tras publicar una imagen en la que aparece vestido como papa, apenas días después de la muerte del papa Francisco. La fotografía, creada con inteligencia artificial, muestra al mandatario con sotana blanca, mitra y cruz dorada, en una pose que imita una bendición papal.
La imagen fue compartida inicialmente en Truth Social, la red social de Trump, y luego reposteada por la cuenta oficial de la Casa Blanca en X. Este acto ha sido interpretado como una provocación, especialmente porque coincide con los preparativos para el cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia Católica, programado para el 7 de mayo.
La Conferencia Católica del estado de Nueva York no tardó en reaccionar. En un mensaje contundente, acusaron a Trump de burlarse de la fe católica en un momento de duelo para millones de fieles. “No hay nada ingenioso ni divertido en esta imagen, señor presidente”, declararon, exigiendo respeto ante la reciente pérdida del papa Francisco.
El contexto no podía ser más delicado. La muerte del papa Francisco, ocurrida el 21 de abril, ha dejado a la comunidad católica mundial en un estado de reflexión y luto. La publicación de Trump, lejos de ser una simple broma, ha sido vista como un intento de capitalizar un momento solemne para proyectar una imagen de autoridad.
Críticos en redes sociales han calificado la acción como una falta de respeto intolerable. Algunos usuarios han señalado que la imagen busca asociar a Trump con un poder divino, algo que consideran peligroso en un líder político. “Esto no es sátira, es propaganda”, escribió un internauta, resumiendo el sentir de muchos.
El gobierno de Trump no es ajeno a las controversias religiosas. Durante su mandato, ha mantenido tensiones con el Vaticano, especialmente por sus políticas migratorias, que el papa Francisco criticó duramente. En febrero, el pontífice advirtió que las políticas basadas en la fuerza, como las deportaciones masivas, “comienzan mal y terminarán mal”.
La Casa Blanca no ha emitido un comunicado oficial sobre la polémica. La ausencia de una explicación ha avivado las críticas, con muchos cuestionando por qué un canal oficial del gobierno difundió una imagen tan controvertida. La decisión ha sido vista como un error estratégico en un país donde el 20% de la población es católica.
El incidente también ha reavivado el debate sobre el uso de la religión en la política. Analistas señalan que Trump ha utilizado símbolos religiosos en el pasado para consolidar su base de apoyo, pero esta vez, la reacción ha sido abrumadoramente negativa. La comunidad católica, tanto en Estados Unidos como en el mundo, exige respeto en un momento de transición para la Iglesia.
A pocos días del cónclave, la atención debería estar en la elección del nuevo papa, no en las provocaciones de un líder político. La imagen de Trump vestido como papa ha añadido una capa de tensión innecesaria a un proceso que millones esperan con solemnidad y esperanza.