El mandatario salvadoreño señaló que un país sin violencia, extorsión ni sangre en las calles no genera ingresos para ciertos grupos. Hizo referencia específica al magnate George Soros, a quien vinculó con estas supuestas élites que se benefician del caos. Bukele asegura que su estrategia de seguridad ha transformado a El Salvador en un modelo para otras naciones.
El mensaje de Bukele llega tras una publicación del medio El Faro, que entrevistó a líderes pandilleros del Barrio 18 Revolucionarios. Estos aseguran que el gobierno de Bukele pactó con pandillas durante años y que incluso permitió la salida de algunos líderes del país. Según el medio, estas declaraciones revelan acuerdos que habrían facilitado el ascenso político del presidente.
El Salvador vive bajo un régimen de excepción desde marzo de 2022, implementado para combatir a las pandillas. Esta medida, prorrogada 38 veces por el Congreso dominado por el oficialismo, ha permitido la detención de más de 85,900 presuntos pandilleros. Bukele defiende que esta estrategia ha reducido drásticamente la violencia en el país.
Sin embargo, el régimen de excepción no está exento de críticas. Organizaciones de derechos humanos han denunciado miles de violaciones, incluyendo detenciones arbitrarias, torturas y muertes bajo custodia estatal. Informes señalan que al menos 18 personas han fallecido en prisión en condiciones cuestionables desde el inicio de esta política.
El Faro detalla que los líderes pandilleros entrevistados confirmaron haber negociado con el entorno político de Bukele. Según ellos, tras la ruptura de un supuesto pacto en marzo de 2022, se desató una ola de violencia que dejó más de 80 muertos en un fin de semana. Este evento habría motivado la declaración del régimen de excepción.
Bukele, por su parte, no ha respondido directamente a las acusaciones de El Faro. En cambio, insiste en que su modelo de seguridad es un éxito y que otros países deberían seguir su ejemplo. El presidente sostiene que la paz en El Salvador demuestra que es posible vencer al terrorismo.
A pesar de las críticas, Bukele mantiene un amplio respaldo popular. Muchos salvadoreños valoran la disminución de la violencia, aunque el costo de estas medidas sigue generando debate. Las denuncias de abusos y la falta de transparencia en las negociaciones con pandillas siguen siendo puntos de tensión.
La postura de Bukele refleja su estilo confrontacional, donde suele señalar a medios y organizaciones internacionales como enemigos de su proyecto. Este enfoque le ha valido tanto apoyo interno como cuestionamientos en el ámbito global. El Salvador, bajo su liderazgo, sigue siendo un caso polarizante en la región.

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Nayib Bukele, presidente de El Salvador, desató controversia con un mensaje en redes sociales donde afirmó que un país sin muertos no es rentable para las organizaciones de derechos humanos, los medios globalistas ni las élites. Según Bukele, la paz que presume haber logrado en su nación incomoda a estos sectores porque les quita su negocio.
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