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Guillermo Calderón deja el Metro de la CDMX en medio de críticas y señalamientos

Guillermo Calderón Aguilera presentó su renuncia como director general del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, con efectividad a partir del 5 de mayo. El anuncio, que comenzó a circular en redes sociales, coincide con el cuarto aniversario del trágico colapso de la Línea 12, un evento que marcó la gestión de Calderón y desató fuertes críticas hacia su administración.
La salida de Calderón se produce tras años de cuestionamientos por parte de partidos de oposición, especialmente el PAN y el PRI, que lo acusaron de corrupto, negligente e incapaz de garantizar la seguridad y el mantenimiento del Metro. Diputados como Federico Döring han señalado que su gestión encubrió irregularidades de su antecesora, Florencia Serranía, relacionada con el desplome de la Línea 12 en 2021, que dejó 26 muertos.
Bajo el mando de Calderón, el Metro enfrentó múltiples incidentes, desde fallas en las líneas 7, 8 y 9 hasta una explosión en la estación Hidalgo. Usuarios y trabajadores reportaron condiciones precarias, como problemas estructurales en la terminal Pantitlán y falta de piezas para mantenimiento, lo que generó un clima de inseguridad para millones de capitalinos que dependen de este transporte.
El PAN exigió en repetidas ocasiones la destitución de Calderón, argumentando que su permanencia representaba un riesgo mortal para los usuarios. Incluso propusieron reformas para que el director del Metro sea elegido por el Congreso local y no designado directamente por el gobierno de la ciudad, en un intento por reducir la influencia política en la gestión del sistema.
Calderón, ingeniero químico por la UNAM con experiencia en transporte público, asumió el cargo en 2021 tras la salida de Serranía. Durante su gestión, impulsó la modernización de la Línea 1, un proyecto que prometía poner al Metro a la par de los mejores del mundo. Sin embargo, los constantes problemas operativos opacaron estos esfuerzos y alimentaron las críticas hacia su liderazgo.
Fuentes del Metro han señalado que Adrián Ruvalcaba, exalcalde de Cuajimalpa, se perfila como posible reemplazo de Calderón. Aunque no hay confirmación oficial, el cambio de mando genera expectativas sobre el rumbo que tomará el sistema de transporte en la administración de Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
La renuncia de Calderón también ha desatado especulaciones sobre los motivos detrás de su salida. Algunos usuarios en redes sociales han acusado al exdirector de enriquecerse a costa del Metro, señalando un historial de nepotismo y abusos. Estas afirmaciones, sin embargo, no han sido respaldadas por pruebas oficiales.
El Metro de la Ciudad de México, considerado la columna vertebral del transporte público capitalino, enfrenta ahora el desafío de recuperar la confianza de los usuarios. La gestión de Calderón deja un sistema con avances parciales, pero marcado por tragedias, fallas recurrentes y una percepción de deterioro que será difícil de revertir.
La ciudadanía espera que el próximo director aborde con seriedad los problemas estructurales y operativos del Metro. Mientras tanto, la renuncia de Calderón se percibe como un capítulo más en la turbulenta historia reciente de este emblemático sistema de transporte.

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