Un escándalo internacional sacude la frontera norte de Estados Unidos. Cuatro ciudadanos mexicanos fueron acusados por el Departamento de Justicia de EE.UU. por operar una red de tráfico de indocumentados que cruzaba migrantes desde Canadá hacia territorio estadounidense. Los implicados, identificados como Edgar Sánchez-Solís, Ignacio Díaz-Pérez, Samuel Díaz-Pérez y Salvador Díaz-Díaz, enfrentan más de 30 cargos, incluyendo conspiración para introducir extranjeros ilegalmente.
La red operaba con una logística sofisticada, trasladando a cientos de personas provenientes de México, Centroamérica y Sudamérica cada semana. Según las autoridades, los acusados cobraban miles de dólares por cada migrante, lucrando con la desesperación de quienes buscaban llegar a EE.UU. Los cuatro mexicanos, quienes residían ilegalmente en Estados Unidos, fueron arrestados en Ohio, Georgia y Kansas.
Lo más alarmante es que dos de los implicados, Ignacio Díaz-Pérez y Salvador Díaz-Díaz, ya habían sido deportados previamente. A pesar de esto, lograron reingresar al país y continuar con sus actividades ilícitas. Este detalle pone en evidencia las fallas en los controles migratorios y de seguridad en la frontera norte, un tema que sigue generando controversia.
La investigación reveló tácticas peligrosas utilizadas por la red. En varios incidentes, los traficantes protagonizaron persecuciones a alta velocidad para evadir a las autoridades. En abril de 2023, un vehículo que transportaba siete adultos y tres menores fue interceptado tras activar un sensor fronterizo en Nueva York. Meses después, otro incidente en Plattsburgh dejó un accidente vial tras una huida temeraria.
Los acusados no solo ponían en riesgo la vida de los migrantes, sino que también grababan videos testimoniales para promocionar sus servicios. Estas grabaciones, según el fiscal Matthew Galeotti, eran usadas para atraer a más personas a su red, a pesar de los peligros evidentes. Este nivel de organización muestra la magnitud de la operación.
La operación forma parte de una iniciativa más amplia de la Casa Blanca llamada “Recuperemos América”, destinada a frenar la inmigración ilegal. Sin embargo, el caso expone cómo las redes de tráfico humano continúan explotando las vulnerabilidades de los sistemas migratorios, poniendo en jaque la seguridad fronteriza.
El caso ha generado debate sobre la efectividad de las políticas migratorias en EE.UU. y la facilidad con la que redes criminales operan a ambos lados de la frontera. Las autoridades estadounidenses han prometido seguir desmantelando estas organizaciones, pero los retos persisten.
Este escándalo pone el foco en la complejidad del problema migratorio y las redes que se benefician de él. Los cuatro mexicanos enfrentan ahora un proceso judicial que podría llevarlos a años de prisión, mientras las autoridades buscan a otros posibles cómplices en esta red internacional.

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Cuatro mexicanos enfrentan graves acusaciones en EE.UU. por tráfico de personas desde Canadá
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