La Ciudad de México, bajo el mando de Clara Brugada, ha presentado un ambicioso paquete de proyectos para mejorar el sur de la capital de cara al Mundial de Fútbol 2026. En un evento en la colonia Santa Úrsula Coapa, en Coyoacán, la jefa de Gobierno anunció obras que, según ella, no solo prepararán la ciudad para el evento deportivo, sino que resolverán problemas históricos de la zona. Sin embargo, las promesas suenan grandes, pero los antecedentes de Morena en la capital levantan dudas sobre su ejecución.
Uno de los proyectos estrella es la rehabilitación de siete pozos de agua, que promete recuperar entre 70 y 100 litros por segundo para abastecer a más de 50 mil personas. La obra, que se espera concluir este año, busca atacar el grave problema de escasez de agua en la zona. Además, se construirán tres colectores, uno de ellos sobre la Calzada de Tlalpan, con una inversión federal de mil 200 millones de pesos. Pero, ¿será suficiente para resolver un problema que lleva décadas sin solución?
En materia de movilidad, Brugada destacó la mejora del Tren Ligero, que conecta Tasqueña con Xochimilco, y la construcción de una “calzada flotante” peatonal y ciclista sobre la Línea 2 del Metro en Calzada de Tlalpan. Estas obras, denominadas “de última milla”, buscan facilitar el acceso al Estadio Azteca, una de las sedes del Mundial. Sin embargo, los detalles son escasos, y las licitaciones apenas comenzaron, lo que genera incertidumbre sobre si estarán listas a tiempo.
El programa Yolotl Anáhuac también fue mencionado, con la promesa de embellecer las calles de San Francisco Culhuacán mediante murales que reflejen la identidad del pueblo. Se planea intervenir 11.9 kilómetros de fachadas y colocar 819 luminarias nuevas con una inversión de 7 millones de pesos. Aunque la idea suena atractiva, proyectos similares en otras demarcaciones han quedado en promesas vacías o con resultados mediocres.
Otro anuncio fue la implementación de un programa piloto de 100 casas ecológicas en Santa Úrsula Coapa, equipadas con calentadores solares, captadores de lluvia y huertos urbanos. Este proyecto, subsidiado por el gobierno, busca ser un modelo de sostenibilidad. Sin embargo, la escala limitada del programa genera dudas sobre su impacto real en una ciudad con millones de habitantes y problemas estructurales.
En el evento, Brugada insistió en que las obras no son solo para el Mundial, sino para mejorar la calidad de vida de los capitalinos. Acompañada por el secretario de Obras, Raúl Basulto, y el titular de Gestión del Agua, Mario Esparza, la jefa de Gobierno recorrió las calles de la colonia, escuchando demandas ciudadanas. Sin embargo, los vecinos, como Marcos Fuentes, líder comunitario, recordaron que estas promesas llegan tras décadas de abandono en la zona.
El discurso de Brugada también incluyó la creación de un parque infantil y un Camino de Mujeres Libres y Seguras en avenida Santa Úrsula, además de programas como Comunidad Iluminada y Segura. Estas iniciativas buscan atacar problemas de inseguridad y falta de infraestructura, pero la falta de claridad en los plazos y presupuestos deja espacio para el escepticismo.
Mientras la Ciudad de México se prepara para ser la “mejor sede” del Mundial 2026, las promesas de transformación chocan con la realidad de una capital con problemas crónicos. La administración de Morena ha hecho anuncios similares en el pasado, pero los resultados suelen quedarse cortos. ¿Será esta la excepción o solo otro capítulo de promesas incumplidas?

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CDMX promete transformar el sur con proyectos rumbo al Mundial 2026, pero ¿cumplirá?
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