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Bombardeo en Sudán del Sur deja siete muertos y destruye hospital de Médicos Sin Fronteras

Un ataque aéreo devastador sacudió la localidad de Old Fangak, en el norte de Sudán del Sur, dejando un saldo de al menos siete personas fallecidas y 20 heridas. El bombardeo, llevado a cabo con helicópteros y drones, tuvo como objetivo un hospital operado por Médicos Sin Fronteras, la única instalación médica funcional en la región.
El ataque ocurrió en las primeras horas de la madrugada, cuando la población aún dormía. La farmacia del hospital quedó completamente destruida, lo que significa la pérdida de todos los suministros médicos esenciales para atender a más de 110,000 personas que dependen de este centro de salud.
Médicos Sin Fronteras condenó enérgicamente el bombardeo, destacando que los centros de salud no deben ser objetivos en ningún conflicto. La organización no señaló directamente a ningún grupo como responsable, pero las autoridades locales apuntaron a las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Sudán del Sur como las autoras del ataque.
El comisionado del condado de Fangak, Biel Boutros, informó que la violencia desatada por este bombardeo ha obligado a más de 30,000 personas a abandonar sus hogares en Old Fangak. La población, ya vulnerable por la falta de acceso a servicios básicos, enfrenta ahora una crisis humanitaria aún más grave.
La ola de violencia en la región comenzó a principios de marzo, cuando la milicia conocida como Ejército Blanco, originalmente alineada con la oposición, tomó una guarnición militar en la ciudad de Nasir. Este incidente desencadenó una respuesta militar del gobierno, apoyada por fuerzas aéreas de Uganda.
El hospital de Médicos Sin Fronteras en Old Fangak era un lifeline para miles de personas en una zona donde el acceso a la atención médica es extremadamente limitado. La destrucción de sus instalaciones deja a la población sin opciones para recibir tratamiento, agravando las condiciones de vida en la región.
Las tensiones en Sudán del Sur han escalado en las últimas semanas, con enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y el Ejército Blanco. Este conflicto ha generado detenciones masivas y una campaña militar que no distingue entre objetivos civiles y militares, según denuncias de organizaciones humanitarias.
El ataque a Old Fangak pone en evidencia la fragilidad de la situación en Sudán del Sur, un país que sigue luchando por encontrar estabilidad tras años de conflicto interno. La comunidad internacional ha hecho llamados a cesar las hostilidades, pero la violencia continúa afectando a los más vulnerables.
La pérdida de vidas y la destrucción de infraestructura médica son un recordatorio de las consecuencias devastadoras de la guerra. En Old Fangak, los sobrevivientes enfrentan un futuro incierto, con sus medios de subsistencia y su acceso a la salud gravemente comprometidos.

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