En el Estado de México, los transportistas están hartos. La inseguridad y las extorsiones han llegado a un punto insostenible, y ahora advierten con un paro masivo que podría paralizar la entidad. Según la información, cientos de choferes han decidido colocar calcomanías en sus unidades para visibilizar su lucha contra el crimen organizado que los asfixia día a día.
La situación es crítica. Los transportistas denuncian que las extorsiones son una constante en municipios como Coacalco, Ecatepec, Zumpango y Huehuetoca. Bandas criminales les exigen cuotas que van desde cientos hasta miles de pesos, y quienes se niegan enfrentan amenazas, agresiones e incluso la quema de sus unidades. La desesperación ha llevado al gremio a considerar medidas drásticas.
Jafet Saiz, líder de la Alianza de Autotransportistas Comerciantes y Anexas de México, ha sido claro: si las autoridades no actúan, el paro comenzará el próximo 7 de agosto a las cinco de la mañana. Este movimiento no será menor; se espera que el 80 por ciento de las unidades de transporte se sumen, dejando solo un 20 por ciento en operación. Las protestas se concentrarán en las principales vías del estado y en las entradas a la Ciudad de México e Hidalgo.
El hartazgo no es solo por las extorsiones. Los transportistas acusan a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México de ser cómplice por su inacción. Según Saiz, hay más de 600 denuncias por extorsión solo en Coacalco, pero las autoridades minimizan el problema, argumentando que la extorsión no se consuma hasta que se entrega el dinero. Esta respuesta ha indignado al gremio, que siente que sus denuncias caen en oídos sordos.
La amenaza de un paro no es lo único que preocupa. Los transportistas han advertido que, de no recibir protección, están dispuestos a formar autodefensas para proteger sus unidades y rutas. Esta medida extrema refleja el nivel de desesperación de un sector que asegura estar abandonado por el gobierno estatal. Algunos incluso han declarado que están dispuestos a arriesgar sus vidas para frenar a los criminales.
El impacto de un posible paro sería devastador. Miles de personas que dependen del transporte público en el Estado de México podrían quedarse varadas, afectando la movilidad hacia la Ciudad de México y otros estados. Las principales autopistas, como la México-Pachuca y la México-Puebla, podrían verse bloqueadas, generando caos vial y afectaciones económicas.
Mientras tanto, el gobierno estatal parece no tomar en serio la gravedad del problema. Los transportistas han exigido reuniones urgentes con las autoridades de Movilidad y Seguridad, pero hasta ahora no hay avances concretos. La falta de presencia de la Guardia Nacional en las carreteras, según el gremio, agrava la situación, dejando a los choferes a merced de la delincuencia.
El mensaje de los transportistas es claro: no pueden seguir trabajando bajo amenazas constantes. Las calcomanías en sus unidades son solo el comienzo de una protesta que podría escalar si no se atienden sus demandas. La pregunta ahora es si las autoridades actuarán antes de que el Estado de México se paralice por completo.

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Transportistas del Edomex al borde del colapso: amenazan con paro por extorsiones descontroladas
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