La presidenta Claudia Sheinbaum desató una nueva controversia al responder con dureza a las críticas del expresidente Ernesto Zedillo, a quien acusó de encabezar un gobierno marcado por la represión y el autoritarismo. Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria no se guardó nada y señaló que Zedillo no tiene autoridad moral para hablar de democracia.
Sheinbaum recordó las masacres de Acteal, El Charco, El Bosque y Aguas Blancas, ocurridas durante el sexenio de Zedillo, como ejemplos de represión estatal. Afirmó que su gobierno, a diferencia del priísta, no reprime al pueblo. Estas declaraciones responden a un artículo y una entrevista de Zedillo en las revistas Letras Libres y Nexos, donde acusó al partido Morena de llevar a México hacia un régimen tiránico.
La presidenta también criticó el manejo del Fobaproa, el polémico rescate bancario de los años 90. Según Sheinbaum, Zedillo convirtió deudas privadas en deuda pública, rescatando a unos pocos mientras dejaba en el abandono a millones de mexicanos. Aseguró que esta acción es un claro ejemplo de autoritarismo, ya que benefició a élites a costa del pueblo.
Otro punto de ataque fue la privatización de los ferrocarriles durante el gobierno de Zedillo. Sheinbaum cuestionó si hubo consultas públicas para tomar esa decisión y señaló que el expresidente terminó trabajando para una de las empresas beneficiadas. Para la mandataria, estas acciones reflejan una falta de transparencia y un ejercicio arbitrario del poder.
La jefa del Ejecutivo no pasó por alto la reforma judicial de 1994, impulsada por Zedillo. Según ella, el expresidente impuso una Suprema Corte a modo, designando a los ministros de manera unilateral. Sheinbaum contrastó esto con la actual reforma judicial, que permite al pueblo elegir a los jueces, lo que ella defiende como un verdadero avance democrático.
Sheinbaum también hizo referencia a las declaraciones de Francisco Labastida, excandidato presidencial del PRI, quien afirmó que Zedillo entregó la Presidencia al PAN por presiones de Estados Unidos. La presidenta calificó esto como un acto de entreguismo, cuestionando la legitimidad de Zedillo para hablar de democracia.
La mandataria acusó a la oposición de recurrir a Zedillo como vocero porque ya no tienen figuras creíbles. Según ella, personajes como Ricardo Anaya o Alito Moreno han perdido la confianza del pueblo, por lo que ahora intentan revivir a un expresidente que, en su opinión, dejó un legado de crisis y desigualdad.
Para Sheinbaum, las críticas de Zedillo son parte de una narrativa que busca desacreditar a Morena. Insistió en que el pueblo mexicano está informado y no caerá en lo que calificó como mentiras de la oposición. La presidenta defendió que la elección popular de jueces es la esencia de la democracia, no un ataque contra ella.
En medio de este enfrentamiento, Sheinbaum anunció que en los próximos días dedicará parte de sus conferencias matutinas a explicar el impacto del Fobaproa. Prometió revelar detalles sobre cómo este rescate benefició a empresarios y políticos, incluyendo a Vicente Fox, mientras el pueblo seguía pagando las consecuencias.
El choque entre Sheinbaum y Zedillo ha encendido el debate político en México. Mientras la presidenta defiende su proyecto como una transformación democrática, sus críticos, encabezados por el expresidente, advierten sobre un supuesto retroceso autoritario. Este enfrentamiento promete mantener la atención pública en los días por venir.

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SHEINBAUM ARREMETE CONTRA ZEDILLO: LO ACUSA DE REPRESIÓN Y AUTORITARISMO EN SU SEXENIO
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