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Movimiento Ciudadano exige justicia por el desastre ambiental de Ternium en Nuevo León

Un grave derrame químico en el arroyo La Talaverna, provocado por la empresa Ternium, ha desatado la indignación en Nuevo León. La siderúrgica, responsable de verter 400 mil litros de cloruro ferroso y agua ácida, enfrenta ahora un ultimátum del gobierno estatal para presentar un plan de remediación. El plazo vence este viernes 2 de mayo de 2025, y las autoridades no descartan sanciones ejemplares.
La bancada de Movimiento Ciudadano en el Congreso local ha alzado la voz, exigiendo que el gobierno estatal actúe con firmeza contra Ternium. Los legisladores señalan que el daño ambiental es inaceptable y pone en riesgo la salud de miles de habitantes. El arroyo, que atraviesa los municipios de San Nicolás, Guadalupe, Apodaca y Pesquería, quedó contaminado a lo largo de 11 kilómetros.
El incidente ocurrió el 18 de abril en la planta Churubusco de Ternium, pero no fue hasta una semana después que la empresa reconoció la magnitud del problema. Según reportes, el derrame dejó un rastro de agua rojiza y un olor químico que alarmó a los vecinos. La Secretaría de Medio Ambiente de Nuevo León ordenó acciones inmediatas de limpieza, pero los daños ya estaban hechos.
La fauna local ha pagado un alto precio. Tortugas, peces, ranas y hasta castores han muerto por la contaminación, según denuncias de expertos y autoridades. Incluso se reportaron pérdidas de ganado, como borregos y cabras, que bebieron agua del arroyo. Estos hechos han intensificado las críticas contra la siderúrgica, acusada de negligencia.
Ternium asegura que ha desplegado 150 brigadistas para limpiar el arroyo y que el cauce está “normalizado”. Sin embargo, las autoridades y activistas cuestionan estas afirmaciones. La empresa afirma haber realizado 200 análisis de laboratorio que muestran niveles de pH óptimos, pero los vecinos reportan que el agua aún luce turbia y huele a químicos.
El gobierno de Nuevo León, encabezado por la Secretaría de Medio Ambiente, ha prometido una sanción ejemplar. Entre las opciones sobre la mesa está el cierre o la reubicación de la planta de Ternium. Alfonso Martínez, titular de la dependencia, aseguró que esta semana se definirá el castigo, priorizando la salud pública y el medio ambiente.
La presión ciudadana no se ha hecho esperar. Vecinos y organizaciones ambientales han exigido que Ternium asuma su responsabilidad y repare el daño. Activistas como José Daniel Borrego han señalado que no basta con los comunicados de la empresa; se necesitan estudios independientes para evaluar el impacto real del derrame.
Movimiento Ciudadano insiste en que el gobierno estatal debe ir más allá de las multas. Los legisladores piden medidas estructurales para evitar que tragedias como esta se repitan. La contaminación del arroyo La Talaverna no es un caso aislado, sino parte de un historial de incidentes ambientales ligados a la industria en la región.
El caso ha reavivado el debate sobre la regulación de empresas como Ternium en Nuevo León. Mientras la siderúrgica promete soluciones, la ciudadanía exige acciones concretas. La pelota está ahora en la cancha del gobierno estatal, que deberá decidir cómo equilibrar la justicia ambiental con los intereses económicos.

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