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La tía que delató al feminicida de Fátima: ¿espera la recompensa millonaria de la Fiscalía?

Irma Reyes, la tía de Mario “N”, presunto feminicida de la pequeña Fátima Cecilia, se convirtió en una figura clave al entregar a las autoridades a su sobrino y a su pareja, Giovana “N”. Este crimen, ocurrido en febrero de 2020 en la Ciudad de México, conmocionó al país por su brutalidad. La niña de siete años fue secuestrada y asesinada, y los responsables intentaron evadir la justicia.
Reyes acogió a la pareja en su casa en Isidro Fabela, Estado de México, sin saber inicialmente del delito. Al ver las noticias y reconocer a Mario y Giovana como los buscados por el feminicidio, los confrontó. Según su relato, ambos confesaron el crimen. Giovana le habría dicho que Mario buscaba una niña como “novia” para evitar abusar de sus propias hijas, una declaración que expone la gravedad del caso.
Tras obtener la confesión, Irma improvisó un plan para entregarlos. Engañó a la pareja y alertó a la policía, lo que llevó a su detención. La captura se logró gracias a su valentía, pero también destapó un problema mayor: la pareja intentó sobornar a los agentes con 10 mil pesos para quedar libres, evidenciando la corrupción que permea en algunos sectores.
La Fiscalía de la Ciudad de México había ofrecido una recompensa de 2 millones de pesos por información que llevara a la captura de los responsables. Sin embargo, Irma aseguró que no buscaba el dinero, sino justicia para Fátima. A pesar de su precaria situación económica, insistió en que no quería “lucrar” con la tragedia. Su decisión fue aplaudida por muchos, pero también levantó dudas sobre si eventualmente reclamaría la suma.
La detención de Mario y Giovana no fue el fin de la historia. Ambos fueron vinculados a proceso por secuestro agravado y feminicidio, y en abril de 2025 recibieron una sentencia de 170 años de prisión. Este castigo, aunque significativo, no borra el dolor de la familia de Fátima ni la indignación social por la violencia que sigue azotando al país.
El caso también expuso fallas en el sistema de justicia. La tía de Fátima, Sonia López, señaló que el proceso fue lento y que incluso tuvo que ser reiniciado por la incapacidad de una jueza. Estas demoras alimentan la percepción de un sistema judicial ineficiente, incapaz de garantizar justicia pronta para las víctimas.
Además, las autoridades señalaron que el móvil del crimen no fue económico, sino un acto deliberado de violencia. Esto refuerza la alerta sobre la inseguridad que enfrentan los niños en México, donde los casos de feminicidio y abuso no parecen disminuir. La tragedia de Fátima se convirtió en un símbolo de la urgencia de proteger a los más vulnerables.
Irma Reyes, por su parte, expresó temor por posibles represalias de conocidos de Mario, a quien no veía desde hacía 16 años. Su acto de valentía la puso en una posición riesgosa, pero también la convirtió en un ejemplo de ciudadanía que actúa frente a la injusticia. Su historia deja una pregunta abierta: ¿debería aceptar la recompensa que, según la Fiscalía, aún no ha sido reclamada?

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