En un hecho que ha causado revuelo, un grupo de hombres disfrazados como miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) protagonizó un acto controversial durante el carnaval de Tuzamapan, en Coatepec, Veracruz. El incidente ocurrió en la ceremonia inaugural conocida como la “quema del mal humor”, un evento tradicional que busca dar inicio a las festividades con un toque simbólico.
Los individuos, ataviados con ropa militar, pasamontañas y chalecos tácticos, simularon ser sicarios de uno de los cárteles más peligrosos de México. Su participación culminó con la quema de una piñata con la imagen del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, un gesto que desató reacciones encontradas entre los asistentes y en redes sociales.
El acto tuvo lugar en la localidad de Tuzamapan, una comunidad del municipio de Coatepec conocida por sus celebraciones tradicionales. Según testigos, los hombres marcharon por las calles del pueblo, algunos portando réplicas de armas, lo que generó preocupación entre los habitantes. La quema de la piñata, que representaba a Trump, fue el momento central del evento, acompañado de vítores y burlas.
Este episodio no pasó desapercibido en un contexto donde la violencia y la presencia de grupos criminales son un problema persistente en México. La representación del CJNG, aunque parte de una festividad, levantó críticas por normalizar o trivializar la imagen de una organización criminal señalada por su brutalidad y su impacto en la seguridad del país.
Autoridades locales no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el incidente, lo que ha avivado el debate sobre la falta de regulación en este tipo de eventos. En años anteriores, el carnaval de Coatepec ya había generado controversia, como en 2020, cuando jóvenes intentaron realizar una marcha similar en plena pandemia, desafiando las restricciones sanitarias.
El simbolismo de quemar una piñata de Donald Trump también fue interpretado por algunos como una crítica a las políticas migratorias del exmandatario, quien durante su presidencia mantuvo un discurso duro contra México. Sin embargo, la combinación de este gesto con la representación del CJNG añadió un tono más complejo al mensaje del evento.
En redes sociales, las imágenes del carnaval circularon rápidamente, generando opiniones divididas. Mientras algunos usuarios lo consideraron una expresión cultural propia de la sátira carnavalesca, otros lo calificaron como una apología al crimen organizado, especialmente en un estado como Veracruz, donde la inseguridad sigue siendo un desafío.
El incidente pone de manifiesto la delgada línea entre la tradición y la provocación en eventos populares. La ausencia de una postura clara por parte de las autoridades locales ha dejado abierta la discusión sobre los límites de la libertad de expresión en celebraciones públicas y el impacto de glorificar, aunque sea de manera simbólica, a figuras asociadas con el crimen.
A medida que el video del evento se viraliza, la controversia crece. Para muchos, este acto refleja no solo la creatividad de las festividades mexicanas, sino también la manera en que la violencia y la política internacional se entrelazan en la cultura popular, dejando un sabor agridulce en una celebración que debería ser motivo de unión y alegría.

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Hombres disfrazados como sicarios del CJNG incendian piñata de Trump en carnaval de Coatepec
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