La presidenta Claudia Sheinbaum desató una nueva controversia al acusar a la oposición de iniciar un debate sobre el supuesto autoritarismo de su gobierno. Durante su conferencia matutina, la mandataria no se contuvo y señaló que sus críticos carecen de credibilidad, utilizando como ejemplo las declaraciones del expresidente Ernesto Zedillo, quien afirmó que la democracia en México está en peligro.
Sheinbaum no dudó en arremeter contra Zedillo, recordando episodios oscuros de su sexenio, como la masacre de Aguas Blancas en 1995, donde 17 campesinos fueron asesinados en Guerrero. La presidenta cuestionó la legitimidad del exmandatario para hablar de democracia, acusándolo de haber encabezado un gobierno marcado por la represión y decisiones autoritarias.
En un tono desafiante, Sheinbaum defendió las reformas de su administración, particularmente la del Poder Judicial, que permite la elección popular de jueces y magistrados. Según la mandataria, esta medida es la máxima expresión de la democracia, ya que da al pueblo el poder de decidir. “¿Cómo puede ser autoritario que el pueblo elija?”, preguntó, desestimando las críticas de la oposición.
La presidenta también aprovechó para recordar otros episodios del gobierno de Zedillo, como la privatización de los ferrocarriles y la aprobación del Fobaproa, que, según ella, benefició a unos pocos mientras endeudaba al país. Estos señalamientos, dijo, demuestran quiénes son los verdaderos responsables de prácticas autoritarias en la historia de México.
El debate sobre el autoritarismo, según Sheinbaum, es una “cantaleta” de la oposición para desacreditar a su gobierno. Afirmó que los partidos opositores, al no tener argumentos sólidos, recurren a figuras como Zedillo para reforzar su narrativa. Sin embargo, la mandataria aseguró que el pueblo mexicano está informado y no caerá en estas estrategias.
En un momento clave de su discurso, Sheinbaum proyectó un video que recopilaba los hechos más controversiales del sexenio de Zedillo, desde masacres hasta decisiones económicas cuestionadas. Este recurso buscó reforzar su argumento de que los verdaderos autoritarios son los que hoy critican a su administración.
La mandataria cerró su intervención con un mensaje contundente: el pueblo es quien manda en México, y su gobierno seguirá trabajando para cumplir con ese mandato. Insistió en que las reformas impulsadas por Morena son un paso hacia una democracia más participativa, a pesar de las acusaciones de sus detractores.
Este nuevo episodio en la mañanera de Sheinbaum aviva las tensiones con la oposición, que no ha tardado en responder a través de redes sociales y medios. Mientras tanto, la presidenta parece decidida a mantener su postura combativa, utilizando la historia para cuestionar a sus adversarios y defender su proyecto de nación.