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¡Escándalo en la frontera! Exfuncionaria de EU presume reducir agua a México del río Colorado

Una bomba ha estallado en las relaciones entre México y Estados Unidos por el agua del río Colorado. Maria-Elena Giner, extitular de la sección estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), se jactó de haber logrado reducir en 400 mil acres-pie la entrega de agua a México, según el Tratado de Aguas de 1944. Este recorte, que afecta directamente a los agricultores mexicanos, ha desatado una ola de críticas y tensiones diplomáticas.
El Tratado de 1944 obliga a Estados Unidos a enviar 1.85 millones de metros cúbicos de agua anuales a México desde el río Colorado. A cambio, México debe entregar agua del río Bravo a Texas. Sin embargo, Giner, quien fue destituida recientemente, afirmó que bajo su gestión se limitó el flujo hacia México, una acción que muchos consideran una violación flagrante del acuerdo bilateral.
La declaración de Giner no solo pone en evidencia un manejo arbitrario del recurso hídrico, sino que también agrava las ya tensas relaciones entre ambos países. Mientras México lucha con sequías históricas, esta reducción de agua amenaza con devastar la agricultura en estados fronterizos como Baja California, donde los productores dependen del río Colorado para sobrevivir.
En el lado mexicano, las autoridades han guardado un silencio preocupante. La administración de Claudia Sheinbaum no ha emitido una respuesta contundente ante las declaraciones de Giner, lo que ha generado críticas por la aparente pasividad del gobierno federal. La falta de acción concreta para defender los derechos de México en el tratado ha encendido las alarmas entre los afectados.
Por si fuera poco, el recorte de agua llega en un momento crítico. Las sequías en el norte de México han reducido los niveles de las presas, y los agricultores enfrentan pérdidas millonarias. La decisión de Giner, respaldada por la administración de Donald Trump, parece ser una estrategia para presionar a México en otros frentes, como el comercio y la migración.
Las comunidades agrícolas de Baja California están al borde del colapso. Sin el agua prometida, los cultivos están en riesgo, y miles de familias enfrentan un futuro incierto. Organizaciones de productores han exigido al gobierno mexicano que actúe con firmeza y exija el cumplimiento del tratado, pero hasta ahora no hay avances claros.
En Estados Unidos, la destitución de Giner no ha calmado las aguas. Su salida de la CILA se interpreta como un movimiento político de la Casa Blanca para desmarcarse del escándalo, pero las consecuencias de sus acciones ya están golpeando a México. La pregunta es si el gobierno de Sheinbaum tomará medidas diplomáticas o seguirá dejando pasar esta afrenta.
Este conflicto pone en evidencia la fragilidad de los acuerdos bilaterales cuando se mezclan con intereses políticos. El agua, un recurso cada vez más escaso, se ha convertido en un arma de negociación, y México parece estar en desventaja. Mientras tanto, los agricultores mexicanos pagan el precio de un juego de poder que no controlan.
La situación no da tregua, y las tensiones por el agua entre México y Estados Unidos están lejos de resolverse. Con el cambio climático agravando la escasez, este episodio podría ser solo el comienzo de una crisis mucho mayor. Por ahora, la incertidumbre reina en la frontera, y el futuro del campo mexicano pende de un hilo.

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