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CDMX bajo alerta: Refuerzan vigilancia en transporte público por ola de pinchazos

La Ciudad de México enfrenta una preocupante ola de incidentes en su transporte público. En las últimas semanas, se han reportado al menos 41 casos de pinchazos en el Metro, Metrobús y otros espacios públicos. Usuarios han denunciado sentir piquetes seguidos de mareos, somnolencia y desorientación, generando alarma entre la población.
El gobierno capitalino, encabezado por Clara Brugada, ha respondido con un despliegue masivo de seguridad. Más de 5,800 policías reforzarán la vigilancia en el Metro, incluyendo agentes encubiertos para detectar conductas delictivas. La promesa es clara: garantizar la seguridad de los usuarios ante esta creciente amenaza.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha confirmado que 33 de los casos ocurrieron en el Metro, cuatro en el Metrobús, tres en vía pública y uno en el Pumabús. En 15 denuncias se comprobó una lesión punzante, mientras que el resto presentó rasguños o escoriaciones. A pesar de las investigaciones, aún no se esclarece el motivo detrás de estos ataques.
Autoridades han implementado un protocolo de atención inmediata. Si un usuario siente un pinchazo, debe acercarse al personal de seguridad o activar la palanca de emergencia en los vagones. La víctima recibe atención médica de primer contacto y, si es necesario, es trasladada a un hospital toxicológico en Venustiano Carranza.
El médico toxicólogo José Antonio Badillo ha señalado que las sustancias usadas podrían incluir burundanga o benzodiacepinas, capaces de causar confusión, amnesia y sedación. Sin embargo, las autoridades no han confirmado oficialmente qué sustancias están involucradas, lo que aumenta la incertidumbre entre los capitalinos.
La jefa de gobierno insiste en que no hay evidencia de secuestros o agresiones sexuales vinculadas a los pinchazos. Sin embargo, se han reportado dos casos de robo de pertenencias, lo que sugiere que los ataques podrían estar relacionados con delitos menores. Esta explicación no calma los temores de los usuarios, quienes exigen respuestas concretas.
La inseguridad en el transporte público no es un tema nuevo en la capital. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana señala que el 73.8% de las mujeres se sienten inseguras en estos espacios. Los pinchazos solo agravan esta percepción, dejando en evidencia la vulnerabilidad de los sistemas de movilidad.
Mientras las autoridades refuerzan la vigilancia, los ciudadanos han tomado medidas propias. Muchas mujeres optan por usar ropa cerrada y evitar viajar solas, pero estas precauciones no sustituyen la necesidad de un transporte seguro. La presión crece para que el gobierno actúe con rapidez y eficacia.
Las investigaciones continúan, pero los resultados son lentos. La ciudadanía espera que las promesas de seguridad se traduzcan en hechos y que los responsables de estos ataques sean identificados pronto. Por ahora, la incertidumbre reina en las estaciones del Metro y las calles de la Ciudad de México.
La falta de claridad sobre los motivos y las sustancias usadas en los pinchazos alimenta el miedo. La capital enfrenta un desafío urgente: recuperar la confianza de los usuarios en un sistema de transporte que debería ser seguro para todos.

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