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Cardenales se preparan para un cónclave histórico en el Vaticano

A pocos días del inicio del cónclave que elegirá al nuevo papa, los cardenales de la Iglesia Católica se reúnen en el Vaticano con un ambiente de armonía y optimismo. El próximo 7 de mayo, 133 purpurados de 70 países entrarán en la Capilla Sixtina para tomar una decisión que marcará el rumbo de la Iglesia. Este proceso, uno de los más antiguos y secretos del mundo, despierta gran expectativa en la comunidad católica global.
Las reuniones previas, conocidas como congregaciones generales, han permitido a los cardenales conocerse mejor y debatir sobre los desafíos de la Iglesia. Procedentes de lugares tan diversos como Mongolia, Irán y México, muchos de estos líderes religiosos se encuentran por primera vez. Este cónclave destaca por ser el más internacional en la historia, reflejando la visión global del fallecido papa Francisco.
El cardenal sursudanés Stephen Mulla, de 61 años, expresó confianza en la unidad del grupo. En la plaza de San Pedro, aseguró que no hay tensiones entre los cardenales y que todos están enfocados en la elección. Sus palabras reflejan un clima de fraternidad, clave para un proceso que busca evitar divisiones internas.
Por su parte, el cardenal argentino Vicente Bokalic Iglic fue breve pero directo al describir su preparación: “En camino”. Este sentimiento de propósito compartido se repite entre los purpurados, quienes ven en el cónclave una oportunidad para definir el futuro de la Iglesia en un mundo cambiante.
El cónclave, que comenzará tras la misa Pro Eligendo Pontifice, se espera que sea breve, de dos a tres días. Los cardenales están decididos a alcanzar un consenso rápido, evitando prolongar el proceso como ocurrió en cónclaves históricos. En el pasado, algunos duraron meses, pero en el siglo XX las elecciones han sido rápidas, como la de Juan Pablo II, que tomó cuatro días.
La diversidad de los cardenales electores es un factor clave. Con 108 de los 133 nombrados por Francisco, la mayoría comparte su visión de una Iglesia más inclusiva y cercana a las periferias. Sin embargo, las diferencias culturales y geográficas podrían influir en las discusiones, haciendo que el resultado sea impredecible.
Un tema delicado ha sido la situación del cardenal italiano Angelo Becciu, condenado por fraude y despojado de privilegios por Francisco. Aunque inicialmente insistió en participar, Becciu decidió dar un paso atrás tras la presentación de documentos que lo excluían, priorizando la unidad de la Iglesia.
La Capilla Sixtina, cerrada al público desde esta semana, será el escenario donde los cardenales cantarán el Veni Creator Spiritus y prestarán juramento de secreto. Con dos votaciones diarias, el mundo aguardará la fumata blanca que anuncie al nuevo papa, un líder que deberá enfrentar retos como la evangelización y la crisis de abusos en la Iglesia.
Entre los posibles candidatos, nombres como el italiano Pietro Parolin y el filipino Luis Antonio Tagle suenan con fuerza, aunque los cardenales evitan especulaciones. El cardenal colombiano Jorge Jiménez Carvajal destacó la atmósfera de diálogo y paz, subrayando que el proceso está guiado por la fe.
Este cónclave no solo elegirá al sucesor de Francisco, sino que definirá si la Iglesia continuará su camino de apertura o tomará un rumbo más conservador. Con el mundo observando, los cardenales se preparan para un momento que podría transformar la historia católica.

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