La marcha del Día del Trabajo en la Ciudad de México, que buscaba conmemorar los derechos laborales, se convirtió en un escenario de violencia y destrozos. Un grupo de encapuchados irrumpió en la movilización, desatando enfrentamientos con la policía y dejando tras de sí comercios saqueados y calles marcadas por el caos.
Los hechos ocurrieron en el Centro Histórico, cuando los encapuchados comenzaron a realizar pintas en negocios y a romper vidrios en avenidas como 5 de Mayo, Juárez y Paseo de la Reforma. Según testigos, los agresores sacaron cadenas, manijas de acero y latas de pintura de sus mochilas, atacando sin distinción tiendas y edificios emblemáticos.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana desplegó elementos para contener la situación. Los policías utilizaron extintores y formaron cercos para repeler a los vándalos, confiscando mochilas con objetos utilizados en los ataques. Sin embargo, la tensión escaló cuando un uniformado fue herido tras recibir el impacto de una botella en la espalda.
El grupo, identificado por algunos como parte del “Bloque Negro”, estaba compuesto por entre 20 y 25 personas. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, los encapuchados lograron dispersarse tras sus actos, mientras los contingentes pacíficos continuaron su camino al Zócalo.
La marcha, encabezada por sindicatos como la CNTE y el SME, buscaba exigir mejores condiciones laborales y aumentos salariales. Sin embargo, los actos vandálicos opacaron las demandas de los trabajadores, desviando la atención hacia la violencia desatada por este grupo minoritario.
Comerciantes afectados lamentaron las pérdidas. Vidrios rotos, fachadas pintadas y mercancías saqueadas dejaron un panorama desolador en el corazón de la capital. Algunos dueños de negocios señalaron la falta de una respuesta más rápida por parte de las autoridades.
Este episodio reaviva la preocupación por la inseguridad en la Ciudad de México. Las marchas, que deberían ser un espacio para la libre expresión, se ven empañadas por grupos que aprovechan el desorden para generar caos, dejando a la ciudadanía en medio de la incertidumbre.
La ausencia de detenciones inmediatas y la facilidad con la que los encapuchados se dispersaron levantan cuestionamientos. Mientras tanto, los capitalinos exigen medidas efectivas para garantizar la seguridad en eventos masivos y evitar que la violencia vuelva a robar el protagonismo en las calles.

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Encapuchados desatan caos en marcha del Día del Trabajo en la CDMX
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