El exgobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, asumió este 1 de mayo la titularidad del Instituto Nacional de Migración, un movimiento que llega con cinco meses de retraso respecto a lo anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum. El cambio, que sustituye a Francisco Garduño, se da en medio de críticas por la gestión previa y expectativas de una reforma profunda en el organismo.
Sheinbaum había prometido en octubre de 2024 que Céspedes tomaría las riendas del INM en diciembre, pero la transición se pospuso. La justificación oficial apunta a la necesidad de mantener la continuidad en las relaciones migratorias con Estados Unidos y Guatemala, especialmente tras la llegada de Donald Trump a la presidencia. Sin embargo, la demora ha generado dudas sobre la planeación del gobierno federal.
Francisco Garduño, quien deja el cargo tras cinco años, enfrentó fuertes señalamientos por el incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez en 2023, donde murieron 40 migrantes. A pesar de las acusaciones y un proceso penal por ejercicio ilícito del servicio público, Garduño se mantuvo en el puesto, lo que desató críticas por una supuesta falta de rendición de cuentas.
Céspedes, un político ligado a Morena, llega con un historial que incluye su paso como gobernador sustituto de Puebla y diputado local. Sin embargo, su falta de experiencia directa en temas migratorios ha levantado cejas. Durante la ceremonia de transición, prometió trabajar en una “transformación” del INM, alineada con los objetivos del gobierno federal.
La presidenta Sheinbaum ha defendido la designación, calificando a Céspedes como un hombre “muy calificado” y con “muchas capacidades”. Según la mandataria, el exgobernador tiene la tarea de convertir al INM en una institución enfocada en el apoyo a la movilidad humana, un discurso que contrasta con las críticas de organismos de derechos humanos.
El contexto migratorio no es sencillo. La relación con Estados Unidos, marcada por las políticas de Trump, incluye la posibilidad de deportaciones masivas. Además, México enfrenta el desafío de atender a miles de migrantes que cruzan su territorio, muchos en condiciones precarias, mientras las estaciones migratorias siguen bajo escrutinio.
Organismos de derechos humanos han señalado al INM por irregularidades y violaciones graves durante la gestión de Garduño. Ahora, con Céspedes al frente, se espera una reestructuración que ponga fin a estos problemas, aunque el nuevo titular aún no detalla su estrategia para lograrlo.
El relevo ocurre en un momento clave para el gobierno de Sheinbaum, que busca proyectar una imagen de humanismo en su política migratoria. Sin embargo, la postergación del cambio y la falta de claridad sobre los planes de Céspedes generan incertidumbre sobre el rumbo del INM.
Mientras tanto, Garduño ofrecerá una disculpa pública el 2 de mayo por el incendio de Ciudad Juárez, un gesto que busca reconocer la responsabilidad del Estado. Este acto, acordado con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, no parece suficiente para quienes exigen justicia plena.
El desafío para Céspedes será enorme: liderar un organismo cuestionado, responder a las demandas internacionales y cumplir con las promesas de un enfoque más humano. La pregunta es si podrá estar a la altura o si este cambio será solo un movimiento más en el tablero político de Morena.

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Cambio en el INM: Sergio Salomón Céspedes asume el mando con promesas de transformación
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