En el corazón de Ecatepec, un municipio densamente poblado del Estado de México, un avistamiento ha capturado la atención de los amantes de la naturaleza: el colorín sietecolores, un ave de plumaje vibrante que está en riesgo de extinción. Este pequeño pájaro, conocido científicamente como Passerina ciris, fue observado en la Barranca del Ehécatl, un espacio que resguarda una sorprendente biodiversidad.
El colorín sietecolores destaca por su plumaje multicolor, con tonalidades que van desde el azul brillante en la cabeza hasta el rojo intenso en el anillo ocular y la cola. Los machos, en particular, son un espectáculo visual que los hace únicos, pero también los convierte en blanco de traficantes ilegales, una de las principales amenazas para su supervivencia.
La Barranca del Ehécatl, donde se registró este avistamiento, es un oasis de vida silvestre en medio de la urbanización. Según el Programa de Aves Urbanas (PAU) Ecatepec, este lugar alberga al menos 137 especies de aves, lo que representa más del 10 por ciento de la diversidad aviar de México. Este dato es asombroso considerando el entorno urbano y los desafíos que enfrenta la zona.
El biólogo Diego Barrales Alcalá, coordinador del PAU Ecatepec, explicó que el colorín sietecolores es una de las 15 especies amenazadas o bajo protección especial en el municipio. Su presencia en la barranca es una señal de la importancia de conservar este hábitat, que también es hogar de cactáceas endémicas, mamíferos como el cacomixtle y un punto de paso para la mariposa monarca en su migración.
Sin embargo, la Barranca del Ehécatl enfrenta serios problemas. La extracción ilegal de fauna, el ruido, las mascotas en situación de calle y la falta de apoyo de las autoridades municipales son amenazas constantes. Los esfuerzos del PAU Ecatepec, que opera de manera voluntaria, buscan generar conciencia en la comunidad para proteger este valioso ecosistema.
El colorín sietecolores no solo es un símbolo de belleza, sino también un indicador de la salud de los ecosistemas. Como ave migratoria, desempeña un papel clave al dispersar semillas y controlar plagas de insectos. Su presencia en Ecatepec resalta la necesidad de proteger los espacios naturales que aún sobreviven en entornos urbanos.
El PAU Ecatepec invita a la ciudadanía a participar en sus recorridos de observación de aves, abiertos a personas de todas las edades. Equipados con binoculares y guías de campo, los voluntarios enseñan a identificar especies por su canto o apariencia, fomentando un vínculo más profundo con la naturaleza.
Este avistamiento es un recordatorio de la riqueza natural que México posee y de la urgencia de actuar para preservarla. La Barranca del Ehécatl, con su diversidad de flora y fauna, es un patrimonio que merece mayor atención y compromiso para su conservación.

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¡Avistamiento sorprendente en Ecatepec: el colorín sietecolores, un tesoro alado en peligro!
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