La presidenta Claudia Sheinbaum no oculta su entusiasmo tras el decreto de Donald Trump que alivia los aranceles a los fabricantes automotrices que producen y venden en Estados Unidos. Según la mandataria, esta medida es un “beneficio” para México, pero detrás de las palabras optimistas, la realidad es más compleja. La industria automotriz mexicana, pilar de la economía, sigue bajo presión por las políticas proteccionistas del vecino del norte.
El decreto de Trump, firmado recientemente, reduce temporalmente la carga aduanera para las empresas automotrices que operan en territorio estadounidense. Sheinbaum asegura que esto permitirá a México mantener su competitividad en el sector. Sin embargo, no mencionó que la medida beneficia principalmente a las grandes trasnacionales con plantas en ambos países, como General Motors o Ford, mientras que las pequeñas y medianas empresas mexicanas podrían quedar rezagadas.
La presidenta destacó que el diálogo con Estados Unidos ha sido clave para este “logro”. Marcelo Ebrard, secretario de Economía, ha viajado constantemente a Washington para negociar con el secretario de Comercio, Howard Lutnick. Pero estas negociaciones parecen más una carrera contra el tiempo para evitar que Trump imponga nuevas tarifas, no solo a autos, sino también a autopartes, acero y aluminio, sectores vitales para México.
La industria automotriz mexicana exporta casi tres millones de vehículos al año, principalmente a Estados Unidos. Cualquier cambio en los aranceles puede sacudir la economía nacional. Sheinbaum insiste en que las empresas automotrices no planean mover sus plantas fuera de México, pero los empresarios del sector no están tan seguros. Mover una planta no es fácil, pero la amenaza de costos más altos podría forzar decisiones dolorosas a largo plazo.
El gobierno de Morena presume que su estrategia de no confrontación con Trump está dando resultados. Sin embargo, críticos señalan que México ha cedido demasiado en estas negociaciones. Desde el envío de capos del narcotráfico a Estados Unidos hasta el despliegue de miles de elementos de la Guardia Nacional en la frontera, el país parece estar pagando un precio alto para mantener a Trump contento.
Sheinbaum también habló del “Plan México”, un programa con 18 medidas para fortalecer la economía nacional, con énfasis en la industria automotriz. Aunque el plan suena ambicioso, los detalles son escasos. La presidenta prometió que pronto se revelarán más acciones, pero los mexicanos esperan resultados concretos, no solo discursos desde Palacio Nacional.
Mientras tanto, la economía mexicana enfrenta otros retos. La incertidumbre por los aranceles ha frenado exportaciones en el norte del país, y la inflación en Estados Unidos podría encarecer los productos mexicanos. A pesar de los discursos optimistas, el panorama no es tan claro como lo pinta el gobierno. México sigue caminando en una cuerda floja.
La relación con Trump sigue siendo un juego de ajedrez. Sheinbaum apuesta por el diálogo, pero cada concesión parece debilitar la posición de México. Los próximos meses serán cruciales para saber si este “beneficio” es realmente una victoria o solo un respiro temporal en una guerra comercial que no termina.

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¡SHEINBAUM CELEBRA ALIVIO DE ARANCELES DE TRUMP, PERO MÉXICO SIGUE EN JAQUE!
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