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Pablo Lemus reafirma su compromiso con Teocaltiche ante la ola de violencia

El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, ha reiterado su compromiso para pacificar Teocaltiche, un municipio golpeado por la inseguridad y el crimen organizado. Tras el asesinato del secretario general del ayuntamiento, José Luis Pereida, Lemus anunció medidas urgentes para enfrentar la crisis que azota esta región de los Altos Norte.
La situación en Teocaltiche es crítica. El municipio lleva meses sin un mando civil de seguridad, un vacío que el crimen organizado ha aprovechado para sembrar terror. El reciente homicidio de Pereida, ocurrido en un restaurante, se suma al asesinato del director de Seguridad Pública, Ramón Grande, hace apenas unas semanas.
Lemus confirmó que se designará un nuevo encargado de seguridad para el municipio. Este nombramiento busca llenar el vacío de liderazgo y coordinar esfuerzos para restablecer el orden. El gobernador aseguró que no habrá impunidad en el caso de Pereida y expresó sus condolencias a la familia del funcionario.
Además, se acordó un refuerzo militar en Teocaltiche. Elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Policía Estatal aumentarán su presencia en la zona. Este despliegue responde a la escalada de violencia, que incluye ataques a militares, bloqueos carreteros y la desaparición de ocho policías municipales en febrero.
El gobierno estatal reconoció que Teocaltiche enfrenta una realidad compleja. Lemus admitió que el Estado mexicano tiene una deuda histórica con los habitantes de este municipio, donde los enfrentamientos entre cárteles han desplazado comunidades enteras. La promesa es clara: trabajar sin descanso hasta pacificar la región.
La intervención de la comisaría municipal reveló irregularidades graves. Se descubrió un sistema de videovigilancia operado por el crimen organizado dentro de la policía local, lo que evidencia la infiltración de grupos delictivos en las instituciones. Este hallazgo ha generado indignación y desconfianza entre los habitantes.
Lemus también descartó la existencia de autodefensas en Teocaltiche, desmintiendo rumores sobre grupos civiles armados. Sin embargo, las protestas de la población, exigiendo la salida de la Policía Estatal y la Guardia Nacional, reflejan la tensión social y la percepción de que las autoridades no han logrado controlar la situación.
A pesar de los esfuerzos, los resultados aún no son visibles. Los decomisos y operativos han debilitado al crimen organizado, pero los homicidios y delitos graves persisten. La ciudadanía de Teocaltiche sigue viviendo con miedo, atrapada en una lucha entre cárteles que no da tregua.
El gobernador insistió en que la seguridad es el mayor reto de Jalisco. La estrategia incluye mayor coordinación con autoridades federales y un enfoque institucional para garantizar la tranquilidad. Sin embargo, el tiempo apremia, y la paciencia de los habitantes de Teocaltiche se agota.
La promesa de Lemus es ambiciosa: pacificar Teocaltiche en un plazo de mes y medio. Mientras tanto, los ojos están puestos en las acciones concretas que tomará el gobierno para devolver la paz a un municipio que lleva años bajo el yugo de la violencia.

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