El municipio de Monterrey ha decidido mantener el Manifiesto de Impacto Ambiental como requisito indispensable para las construcciones, tras una intensa controversia que puso en alerta a ciudadanos y especialistas. La propuesta inicial de eliminarlo generó críticas por los riesgos que podría implicar para el medio ambiente en la zona metropolitana.
La decisión se tomó después de varias semanas de debate, en las que regidores y activistas exigieron claridad sobre las reformas propuestas a los reglamentos de uso de suelo, construcciones y protección ambiental. Estas modificaciones buscaban agilizar los trámites para desarrollos inmobiliarios, pero la falta de evaluación ambiental previa encendió las alarmas.
César Garza Villarreal, secretario del Ayuntamiento, confirmó que el Manifiesto de Impacto Ambiental no será eliminado. Aseguró que el municipio trabajará en mesas de diálogo con la ciudadanía para garantizar que las regulaciones equilibren el desarrollo urbano con la protección del entorno.
Especialistas en medio ambiente, como Leopoldo Ita Garay, han advertido que eliminar este requisito podría agravar los problemas de contaminación y presión sobre áreas verdes en Monterrey. La ciudad ya enfrenta retos significativos, como la mala calidad del aire y la escasez de zonas de recarga acuífera.
El gobierno municipal extendió el periodo de consulta pública hasta mayo, respondiendo a las quejas de que el proceso inicial se realizó durante las vacaciones de Semana Santa, limitando la participación ciudadana. Esta acción busca dar mayor transparencia y permitir que más voces sean escuchadas.
La Secretaría de Medio Ambiente estatal, encabezada por Alfonso Martínez, apoyó la idea de digitalizar y agilizar los procesos relacionados con el Manifiesto de Impacto Ambiental. Sin embargo, destacó la importancia de no comprometer la evaluación de los impactos ambientales de los proyectos.
Organizaciones como la Alianza del Aire celebraron la decisión de mantener este instrumento, pero pidieron que se fortalezcan las sanciones para quienes incumplan con las normativas ambientales. La presión ciudadana fue clave para evitar cambios que podrían haber tenido consecuencias graves.
Monterrey, una de las ciudades más industrializadas de México, enfrenta un delicado equilibrio entre crecimiento económico y sostenibilidad. La calidad del aire y la conservación de recursos naturales son temas urgentes que requieren decisiones responsables.
La controversia dejó en claro la importancia de la participación ciudadana en las políticas públicas. Los habitantes de Monterrey demostraron que están atentos y dispuestos a defender el medio ambiente de su ciudad.
El municipio ahora tiene el reto de implementar reglas claras que promuevan el desarrollo sin sacrificar el bienestar ambiental. La atención estará puesta en cómo se concrete este compromiso en los próximos meses.

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Monterrey da un paso atrás: El Manifiesto de Impacto Ambiental seguirá siendo clave en construcciones
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