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México cede ante presiones de Trump: Entregará millones de metros cúbicos de agua a EE.UU.

El gobierno de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha anunciado que entregará entre 400 y 518 millones de metros cúbicos de agua a Estados Unidos para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944. Esta decisión llega tras fuertes presiones del presidente estadounidense Donald Trump, quien amenazó con imponer aranceles y sanciones si México no saldaba su deuda hídrica.
La medida, confirmada por las secretarías de Relaciones Exteriores, Medio Ambiente y Agricultura, busca resolver una controversia que ha escalado en los últimos meses. Trump acusó a México de deber más de mil 600 millones de metros cúbicos de agua a Texas, un reclamo que puso en jaque las relaciones bilaterales.
El Tratado de Aguas de 1944 obliga a México a entregar aproximadamente 2 mil 160 millones de metros cúbicos de agua cada cinco años a Estados Unidos, mientras que México recibe casi cuatro veces más, unos 9 mil 250 millones de metros cúbicos. Sin embargo, la sequía que azota al país ha complicado el cumplimiento de esta obligación.
Sheinbaum ha defendido la postura de su gobierno, asegurando que la entrega de agua se hará “hasta donde se pueda” para no afectar a los productores mexicanos. La presidenta enfatizó que la prioridad es garantizar el consumo humano y el riego en las zonas agrícolas del país.
El volumen de agua a entregar entre mayo y octubre de 2025 dependerá de las lluvias y la disponibilidad en las presas. Las fuentes principales serán la Presa Internacional La Amistad, seis tributarios mexicanos del río Bravo, el río San Juan y, de manera extraordinaria, la Presa Luis L. León.
Esta decisión ha generado críticas, ya que algunos sectores consideran que el gobierno de Morena está cediendo ante las presiones externas en detrimento de las necesidades locales. La sequía ha golpeado duramente a estados como Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila, donde los agricultores han protestado por la escasez de agua.
Las negociaciones entre México y Estados Unidos se llevaron a cabo en reuniones técnicas, y los acuerdos se formalizarán a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). El gobierno mexicano insiste en que estas acciones no comprometerán el abasto para las comunidades que dependen del río Bravo.
La controversia pone en evidencia los retos que enfrenta México para equilibrar sus compromisos internacionales con las demandas internas. La sequía, agravada por el cambio climático, ha reducido los niveles de agua en las presas, complicando aún más la situación.
Sheinbaum ha descartado un conflicto mayor con Estados Unidos, argumentando que las mesas de diálogo permitirán encontrar soluciones. Sin embargo, la entrega de agua sigue siendo un tema sensible, especialmente en un contexto de creciente presión diplomática por parte de Washington.
El futuro del Tratado de Aguas de 1944 dependerá de la capacidad de ambos países para adaptarse a las condiciones climáticas y gestionar de manera conjunta los recursos hídricos compartidos. Por ahora, México busca cumplir con sus obligaciones sin sacrificar el bienestar de sus ciudadanos.

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