Chimalhuacán, un municipio del Estado de México, se encuentra atrapado en una red de corrupción que afecta a sus habitantes y paraliza su desarrollo. Las denuncias recientes señalan a funcionarios locales, particularmente en la Tesorería Municipal, como responsables de actos que han generado indignación entre la población.
La titular de la Tesorería, Janeth Vera Pérez, ha sido señalada por supuestos actos de extorsión y manejos irregulares. Su gestión, que previamente incluyó el Instituto Municipal de Cultura Física, ahora está bajo escrutinio por prácticas que, según los habitantes, han dañado la confianza en las autoridades locales.
Residentes de barrios como San Agustín y San Lorenzo han alzado la voz, no solo por la corrupción, sino por problemas graves como el desabasto de agua. Más de 30 mil familias llevan meses sin acceso al líquido, a pesar de contar con infraestructura. Las promesas del Organismo Descentralizado de Agua Potable (ODAPAS) no se han cumplido, lo que agrava la crisis.
La inseguridad es otro flagelo que azota a Chimalhuacán. Más del 80% de los habitantes perciben sus calles como peligrosas, con robos y extorsiones a comerciantes que se han vuelto cotidianos. Los reportes indican que grupos criminales actúan con impunidad, mientras la policía municipal parece incapaz de responder.
Comerciantes locales han denunciado que, ante la falta de protección, han tenido que organizarse para pagar a extorsionadores que incendian negocios y provocan tiroteos. Esta situación refleja un abandono por parte de las autoridades, dejando a la población en un estado de vulnerabilidad constante.
El gobierno municipal, encabezado por la alcaldesa Xóchitl Flores, ha sido criticado por su inacción frente a estas problemáticas. Las acusaciones de corrupción en la Tesorería se suman a la percepción de un liderazgo que no atiende las necesidades básicas de los ciudadanos.
A pesar de las denuncias, no se han reportado avances significativos en las investigaciones. La opacidad en el manejo de recursos y la falta de respuestas concretas mantienen a Chimalhuacán en un círculo de desconfianza y deterioro.
La crisis en el municipio no es solo administrativa, sino social. Los habitantes exigen soluciones urgentes, desde el restablecimiento del agua potable hasta medidas efectivas contra la inseguridad y la corrupción que, por ahora, parecen seguir enquistadas en el corazón de Chimalhuacán.

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La podredumbre en Chimalhuacán: corrupción que asfixia al municipio
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