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HONRAN A IFIGENIA MARTÍNEZ EN EL SENADO: ¿UN HOMENAJE MERECIDO O PURO TEATRO POLÍTICO?

El Senado de la República ha decidido inmortalizar el nombre de Ifigenia Martínez Hernández en su Muro de Honor, un reconocimiento que, según los legisladores, celebra su trayectoria como política, académica y defensora de la justicia social. La inscripción, realizada con letras doradas, se llevó a cabo en una ceremonia solemne que reunió a familiares, funcionarios y senadores, todos alineados en un coro de alabanzas hacia la fallecida figura de Morena.
Ifigenia Martínez, quien murió el 5 de octubre de 2024, fue una de las fundadoras del PRD y más tarde se sumó al proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Su carrera política incluyó ser diputada federal en varias ocasiones y senadora en dos períodos. Además, destacó como presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, un cargo que ocupó hasta sus últimos días, cuando, en un acto que muchos califican de simbólico, colocó la banda presidencial a Claudia Sheinbaum.
La senadora Olga Sosa Ruiz, de Morena, fue quien impulsó esta iniciativa, asegurando que Martínez fue una mujer extraordinaria que abrió caminos para la participación de las mujeres en la política. Según Sosa, grabar su nombre en el Muro de Honor es un acto de justicia para una figura que luchó por la democracia y contra las desigualdades. Pero, ¿es este reconocimiento un verdadero tributo a su legado o solo un movimiento estratégico para fortalecer la imagen de Morena?
Martínez no solo destacó en la política. Fue la primera mujer en dirigir la Facultad de Economía de la UNAM y la primera mexicana en obtener una maestría y un doctorado en Harvard. Su trayectoria académica incluyó contribuciones en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), así como una defensa férrea de la autonomía universitaria durante el movimiento estudiantil de 1968. Sin embargo, su alineación con Morena en los últimos años ha generado críticas sobre si este homenaje busca más réditos políticos que un reconocimiento genuino.
El presidente de la Mesa Directiva del Senado, Gerardo Fernández Noroña, no escatimó en elogios durante la ceremonia. Afirmó que Martínez fue una maestra en el sentido más amplio, cuyo compromiso con la democracia y los derechos humanos dejó un legado imborrable. Pero las palabras de Noroña, un conocido defensor de la 4T, levantan sospechas: ¿es este un intento de consolidar la narrativa de Morena como el partido de las grandes figuras históricas?
Karla Rojas, nieta de Martínez, también tomó la palabra, destacando el amor de su abuela por México y su dedicación al servicio público. Según Rojas, el legado de Martínez demuestra que es posible hacer política con dignidad y valores. Sin embargo, el énfasis en su figura como símbolo de la izquierda mexicana no pasa desapercibido, especialmente cuando Morena busca reforzar su hegemonía en un contexto político cada vez más polarizado.
La ceremonia contó con la presencia de figuras como Juan Ramiro Robledo Ruiz, representante de la Secretaría de Gobernación, y César Cravioto Romero, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, ambos alineados con el oficialismo. Este despliegue de funcionarios de alto perfil refuerza la percepción de que el homenaje tiene un trasfondo político, más allá de honrar a una mujer que, sin duda, marcó la historia de México.
Críticos señalan que, aunque Martínez tuvo una carrera destacada, el momento y la forma del reconocimiento parecen calculados. Su participación en la investidura de Sheinbaum, a pesar de su frágil estado de salud, fue un momento emotivo, pero también utilizado para proyectar una imagen de continuidad entre las luchas del pasado y el proyecto actual de Morena. ¿Es este homenaje un acto de justicia histórica o una maniobra para capitalizar su legado?
El nombre de Ifigenia Martínez ahora brilla en el Muro de Honor del Senado, un espacio reservado para las figuras más destacadas de la nación. Pero mientras algunos celebran este reconocimiento, otros se preguntan si no es más que un espectáculo para apuntalar la narrativa de un partido que busca legitimarse a toda costa. Lo cierto es que la trayectoria de Martínez, con sus luces y sombras, seguirá siendo motivo de debate en la arena política mexicana.

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