Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

Ford advierte: los aranceles de Trump no son suficientes para salvar a la industria automotriz

El gigante automotriz Ford ha levantado la voz ante las políticas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump. En un evento reciente en Kentucky, Jim Farley, presidente de la compañía, reconoció que las recientes modificaciones a los aranceles sobre autopartes importadas son un paso en la dirección correcta, pero insuficiente para garantizar la competitividad del sector.
El martes, Trump firmó una orden ejecutiva que ajusta los aranceles del 25 por ciento impuestos a ciertas piezas automotrices importadas. Según el nuevo esquema, si estas piezas representan el 15 por ciento del valor total de un vehículo ensamblado en Estados Unidos, el gobierno otorgará un crédito del 3.75 por ciento sobre el valor del automóvil. Este beneficio aplica a vehículos ensamblados entre el 3 de abril de 2025 y el 30 de abril de 2026.
Farley destacó que estas medidas ayudarán a mitigar el impacto de los aranceles en fabricantes, proveedores y consumidores. Sin embargo, insistió en que el sector automotriz enfrenta desafíos más profundos que no se resuelven solo con ajustes arancelarios. La industria, según el ejecutivo, necesita políticas integrales que impulsen su crecimiento y mantengan su relevancia en la economía estadounidense.
El objetivo de la orden ejecutiva de Trump es incentivar a los fabricantes a trasladar la producción de autopartes a Estados Unidos. Esto, en teoría, reduciría la dependencia de importaciones, especialmente de países como México y Canadá, socios clave en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Ford, que produce más de 350 mil vehículos en México para exportar a Estados Unidos, se encuentra en una posición delicada.
La integración de las cadenas de suministro en Norteamérica es un pilar de la industria automotriz. Algunas piezas cruzan las fronteras hasta ocho veces durante el proceso de manufactura, lo que hace que los aranceles puedan encarecer significativamente los costos de producción. Farley subrayó que, sin un enfoque más amplio, estas medidas podrían traducirse en precios más altos para los consumidores.
Ford no está solo en esta preocupación. General Motors, Stellantis y otros fabricantes han expresado temores similares, advirtiendo que los aranceles podrían interrumpir la producción y generar pérdidas millonarias. En marzo, la Casa Blanca otorgó una exención temporal de un mes a los aranceles automotrices, lo que dio un respiro a la industria, pero la incertidumbre persiste.
El sector automotriz estadounidense emplea a millones de personas y es un motor clave de la economía. Las políticas comerciales de Trump, aunque buscan fortalecer la manufactura local, han generado un debate sobre su efectividad. Ford, por su parte, aboga por un diálogo continuo con la administración para diseñar estrategias que beneficien a toda la cadena de valor.
A medida que se acerca la fecha límite del 30 de abril de 2026 para los créditos arancelarios, la industria automotriz enfrenta un panorama complejo. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para determinar si Estados Unidos puede mantener su liderazgo en este sector, sin sacrificar empleos ni aumentar los costos para los consumidores.

Compartir:

Noticias Relacionadas