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Estados Unidos y Ucrania sellan un polémico acuerdo para explotar minerales clave

En un movimiento que ha generado controversia internacional, Estados Unidos y Ucrania firmaron un acuerdo para la explotación conjunta de los valiosos recursos minerales ucranianos. El pacto, anunciado por el Departamento del Tesoro estadounidense, permitirá a Washington acceder a tierras raras y otros materiales estratégicos, esenciales para industrias tecnológicas y militares.
El acuerdo llega tras meses de intensas negociaciones marcadas por tensiones entre ambos países. Según fuentes oficiales, el objetivo es crear un fondo de inversión para la reconstrucción de Ucrania, devastada por la guerra con Rusia. Sin embargo, críticos señalan que el trato podría beneficiar desproporcionadamente a Estados Unidos, aprovechando los recursos de un país en crisis.
La ministra de Economía ucraniana, Yulia Sviridenko, destacó que el fondo conjunto invertirá en proyectos de minería, petróleo, gas e infraestructura. No obstante, el pacto no incluye garantías explícitas de seguridad para Ucrania frente a Rusia, un punto que ha generado malestar en Kiev, que buscaba compromisos más firmes.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha defendido el acuerdo como una compensación por la ayuda militar brindada a Ucrania. En declaraciones previas, afirmó que el trato podría generar ingresos millonarios, describiéndolo como un “gran negocio” para ambos países. Sin embargo, no todos comparten su entusiasmo.
En Ucrania, el primer ministro Denys Shmyhal aseguró que el acuerdo no reconoce como deuda la asistencia militar previa de Estados Unidos, un punto que generó fricciones en las negociaciones. Según Shmyhal, el fondo será gestionado en igualdad de condiciones, con Ucrania aportando el 50% de los ingresos de sus recursos naturales.
El pacto, que aún requiere la ratificación del Parlamento ucraniano, ha levantado preocupaciones sobre la soberanía de Ucrania. Algunos analistas advierten que ceder acceso a recursos estratégicos podría limitar la autonomía económica del país en el futuro, especialmente en un contexto de reconstrucción.
Por otro lado, el acuerdo se enmarca en los esfuerzos de Trump por mediar en el conflicto entre Ucrania y Rusia. Aunque el presidente estadounidense ha expresado su intención de lograr un alto el fuego, las negociaciones han sido complicadas, y Rusia ha rechazado propuestas de tregua más extensas planteadas por Ucrania.
Mientras tanto, la situación en Ucrania sigue siendo crítica, con ataques rusos continuos y una economía golpeada por la guerra. El acceso a los minerales, como el titanio y el litio, podría ser clave para la recuperación, pero el costo político y económico de este acuerdo aún está por definirse.
En el ámbito internacional, el pacto ha generado reacciones mixtas. Algunos aliados europeos de Ucrania expresan preocupación por el acercamiento entre Washington y Moscú, temiendo que Kiev quede relegada en las decisiones sobre su propio futuro.
A medida que el acuerdo avanza hacia su ratificación, la atención se centra en cómo Ucrania equilibrará sus necesidades inmediatas con la protección de sus recursos a largo plazo. El mundo observa de cerca este nuevo capítulo en la compleja relación entre Kiev y Washington.

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