Una jugadora del Mazatlán FC Femenil ha sido sancionada con seis años de suspensión de toda actividad relacionada con el fútbol profesional. La decisión, anunciada por la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Fútbol, responde a su participación en la manipulación de partidos durante el Torneo Clausura 2025 de la Liga MX Femenil.
La investigación, que se llevó a cabo tras detectar irregularidades, incluyó la revisión de pruebas y la oportunidad de defensa para las jugadoras involucradas. Sin embargo, solo una futbolista fue encontrada culpable de violar el Código de Ética de la FMF y de la FIFA, lo que derivó en esta dura sanción.
El castigo prohíbe a la jugadora participar en cualquier actividad deportiva, administrativa o de representación en el fútbol profesional. La gravedad del caso ha llevado a la FMF a notificar la sanción a la FIFA, asegurando que tenga alcance internacional.
Este caso marca un precedente en la Liga MX Femenil, siendo el primero en la primera división del fútbol mexicano en confirmar un amaño de partidos. Anteriormente, sanciones similares se habían aplicado en la Liga Premier, pero nunca en la máxima categoría femenil.
El Mazatlán FC Femenil emitió un comunicado respaldando la decisión de la FMF. La institución reiteró su compromiso con los valores del deporte y el juego limpio, destacando que trabajará para evitar que este tipo de situaciones se repitan.
La investigación también reveló que algunas jugadoras del equipo recibieron amenazas relacionadas con apuestas, lo que complicó aún más el caso. Audios y videos filtrados mostraron cómo se habrían coordinado los amaños, lo que desencadenó la acción disciplinaria.
Este escándalo se suma a otros casos recientes en el fútbol mexicano. En 2025, la FMF ya había sancionado a jugadores de la Liga Premier y Expansión por temas de apuestas, incluyendo castigos de hasta 16 años para algunos futbolistas.
La FMF aseguró que continuará investigando cualquier conducta que ponga en riesgo la integridad de las competencias. Este compromiso busca proteger la credibilidad del fútbol mexicano, especialmente en un momento en que el deporte femenino está en crecimiento.
El caso ha generado reacciones en redes sociales, donde aficionados han expresado su preocupación por la integridad del fútbol femenil. La falta de transparencia sobre la identidad de la jugadora sancionada ha alimentado especulaciones sobre el alcance del problema.
Este incidente pone en el centro del debate la necesidad de fortalecer los mecanismos de supervisión en el fútbol mexicano. La manipulación de partidos no solo afecta a los equipos, sino también a los aficionados que confían en la honestidad del deporte.