Una ola de preocupación sacude a los capitalinos que utilizan el Metro de la Ciudad de México, donde se han reportado al menos 21 casos de pinchazos con agujas que provocan síntomas alarmantes como mareos, náuseas y somnolencia. Estas agresiones, que han incrementado en las últimas semanas, han encendido las alarmas entre los usuarios del transporte público, quienes temen por su seguridad en un sistema que parece incapaz de frenar esta nueva amenaza.
Las víctimas, que incluyen tanto hombres como mujeres de distintas edades, han descrito un modus operandi inquietante: un piquete repentino, a menudo en medio de la multitud durante horas pico, seguido de malestar casi inmediato. Según especialistas, los síntomas apuntan a una sustancia psicotrópica, posiblemente burundanga, una droga conocida por causar desorientación, pérdida de voluntad y somnolencia, dejando a las víctimas vulnerables.
La médica cirujana Gabriela Vázquez Soriano, directora de SIMOGA Bienestar Integral, explicó que la burundanga podría ser la sustancia detrás de estos ataques, aunque las autoridades aún esperan resultados toxicológicos oficiales. La experta destacó que los efectos varían según el sexo, la complexión y la zona del cuerpo donde se recibe el pinchazo, lo que complica la identificación inmediata de la droga.
Más allá de los síntomas visibles, los pinchazos representan otros riesgos graves. El contacto con jeringas en condiciones insalubres puede provocar infecciones cutáneas, especialmente si las agujas no son estériles. Aunque la probabilidad de contraer enfermedades como VIH o hepatitis es baja, la posibilidad de infecciones locales sigue siendo una preocupación, según Vázquez Soriano.
Las autoridades han implementado un protocolo de atención que incluye recomendaciones como jalar la palanca de emergencia en el vagón, no tocar la herida y buscar ayuda inmediata de la Policía Bancaria o servicios médicos. Sin embargo, la falta de avances concretos en la identificación de los responsables ha generado críticas sobre la efectividad de las medidas de seguridad en el Metro.
Los casos reportados se han concentrado en estaciones como Pino Suárez, Allende, Viveros, Bellas Artes y Polanco, entre otras, lo que sugiere que los ataques son aleatorios y no responden a un patrón claro. Esta incertidumbre ha aumentado el temor entre los usuarios, quienes ahora viajan con mayor precaución, vigilando a quienes los rodean.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana ha confirmado que, de los exámenes toxicológicos realizados, al menos dos dieron positivo a estupefacientes, aunque no se ha establecido una relación directa con los pinchazos. La Fiscalía General de Justicia de la CDMX investiga nueve denuncias formales, pero la cifra real de víctimas podría ser mayor, ya que muchos casos no se denuncian.
El gobierno capitalino, encabezado por Clara Brugada, ha pedido a la ciudadanía actuar con responsabilidad y evitar el pánico, pero la ausencia de resultados concretos alimenta la percepción de que la inseguridad en el Metro está fuera de control. Usuarios han reportado intentos de robo tras los pinchazos, lo que sugiere que los agresores buscan aprovechar el estado de vulnerabilidad de las víctimas.
Este nuevo modus operandi ha transformado las horas pico en un escenario de miedo, donde un simple roce en el vagón puede convertirse en una experiencia traumática. La falta de una estrategia efectiva para detener estos ataques pone en evidencia los retos que enfrenta el sistema de transporte público más importante de la capital.
Mientras las investigaciones continúan, los capitalinos se ven obligados a extremar precauciones en un entorno donde la confianza en las autoridades parece desvanecerse. La situación en el Metro de la CDMX refleja un problema más amplio de inseguridad que sigue sin resolverse, dejando a los usuarios en un estado de alerta constante.

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Alerta en el Metro de la CDMX: Pinchazos con sustancias peligrosas generan pánico entre usuarios
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