Ernesto Zedillo, expresidente de México, ha salido al paso de las críticas de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la controversial reforma judicial. En una entrevista reciente, Zedillo no se quedó callado y arremetió contra lo que considera una amenaza a la democracia mexicana, desatando un nuevo capítulo en el enfrentamiento político.
Sheinbaum, fiel al discurso de Morena, ha defendido la reforma como un paso hacia la justicia popular, asegurando que permitirá al pueblo elegir a jueces y magistrados. Sin embargo, Zedillo calificó esta iniciativa como una “farsa” que busca someter al Poder Judicial al control del gobierno, acusando al partido en el poder de manipular el proceso de selección de candidatos.
El exmandatario no escatimó en críticas, recordando que durante su gobierno se fortaleció la independencia de la Suprema Corte, a diferencia de lo que percibe como un intento de Morena por politizar la justicia. Zedillo advirtió que la elección de jueces por voto popular, como propone la reforma, podría abrir la puerta a influencias del crimen organizado, un señalamiento que ha encendido aún más el debate.
Por su parte, Sheinbaum no se quedó atrás y respondió con dureza, acusando a Zedillo de ser un “vocero del conservadurismo” que representa al viejo régimen de corrupción. La presidenta cuestionó la autoridad moral del expresidente, recordando episodios como el Fobaproa y la masacre de Acteal, que según ella reflejan un pasado autoritario.
El intercambio de acusaciones ha polarizado aún más la discusión sobre la reforma judicial, aprobada en septiembre de 2024. Mientras Morena insiste en que la elección de jueces democratizará el sistema judicial, opositores como Zedillo argumentan que se trata de un golpe a la división de poderes, consolidando el control del Ejecutivo sobre las instituciones.
Zedillo también criticó la eliminación de organismos autónomos, como el Instituto Nacional de Transparencia, y la creciente militarización de la seguridad pública. Para el expresidente, estas acciones son parte de un plan para concentrar el poder en un solo partido, lo que describe como un retroceso hacia un “Estado policial”.
Sheinbaum, en su conferencia matutina, desestimó las críticas de Zedillo, asegurando que el pueblo mexicano está informado y respalda la transformación que impulsa Morena. La presidenta defendió la libertad de expresión, pero insistió en que las críticas del exmandatario son parte de una narrativa opositora que ha perdido credibilidad.
La polémica no termina aquí, ya que la reforma judicial sigue generando tensiones, con paros de trabajadores del Poder Judicial y amparos que buscan frenarla. Mientras tanto, el enfrentamiento entre Zedillo y Sheinbaum pone en evidencia las profundas divisiones políticas en México, en un momento clave para el futuro del país.