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Violencia frena el crecimiento económico de América Latina, alerta el Banco Mundial

El Banco Mundial ha encendido las alarmas sobre el impacto devastador de la violencia en América Latina y el Caribe. Según su último informe, el crimen organizado y los altos índices de violencia letal están limitando severamente el crecimiento económico de la región, que se perfila como la de menor expansión a nivel global en los próximos años.
El informe, titulado Crimen Organizado y Violencia en América Latina y el Caribe, revela que el Producto Interno Bruto (PIB) regional crecerá apenas un 2.1% en 2025 y un 2.4% en 2026. Estas cifras reflejan un panorama económico frágil, agravado por la inseguridad que azota a los países de la zona.
América Latina, que representa solo el 9% de la población mundial, registra un tercio de los homicidios a nivel global. Las tasas de victimización en la región son tres veces superiores al promedio mundial, mientras que los homicidios son ocho veces más altos, según el Banco Mundial.
El crimen organizado ha ganado terreno debido a varios factores. La creciente demanda de bienes ilegales, como drogas, y las intervenciones gubernamentales que han reestructurado las redes criminales han fortalecido a estos grupos. Además, la pandemia de Covid-19 permitió a las organizaciones delictivas consolidar su poder en áreas con poca presencia estatal.
William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina, subrayó que combatir el crimen organizado no es solo una cuestión de seguridad, sino una prioridad para el desarrollo. La violencia debilita la gobernanza, desalienta la inversión y profundiza la desigualdad, lo que frena el progreso económico.
El informe destaca que la falta de instituciones sólidas y la debilidad del Estado en muchas zonas han permitido que el crimen organizado prospere. En países como Brasil, México y Colombia, la delincuencia se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la población, según encuestas recientes.
El Banco Mundial también señaló que la región necesita estudios a largo plazo para diseñar políticas públicas efectivas contra la violencia. La ausencia de investigaciones periódicas y comparables limita la capacidad de los gobiernos para abordar este problema de manera integral.
A pesar de las proyecciones sombrías, el informe reconoce que algunos países, como Argentina, podrían impulsar el crecimiento regional gracias a su recuperación económica. Sin embargo, el panorama general sigue siendo preocupante, con una región atrapada en un ciclo de baja inversión, alta deuda y violencia persistente.
El aumento de la inseguridad no solo afecta la economía, sino también la calidad de vida de millones de personas. La región enfrenta el desafío de fortalecer sus instituciones y desarrollar estrategias integrales para frenar el avance del crimen organizado.
El Banco Mundial insta a los gobiernos a priorizar la seguridad como un pilar del desarrollo. Sin medidas efectivas, la violencia seguirá siendo un obstáculo para el crecimiento económico y el bienestar de América Latina y el Caribe.

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