Donald Trump, presidente de Estados Unidos, admitió en su discurso por los primeros 100 días de su segundo mandato que se ha vuelto “muy impopular” en México. Este reconocimiento llega en un contexto de crecientes tensiones entre ambos países, marcadas por políticas migratorias estrictas y una retórica que ha generado rechazo al sur de la frontera.
El discurso, pronunciado desde la Casa Blanca, abordó los logros de su administración, pero el comentario sobre México destacó por su tono autocrítico. Trump señaló que sus medidas, especialmente en materia de migración y comercio, han generado una percepción negativa en el país vecino, algo que no parece preocuparle demasiado.
Las relaciones entre México y Estados Unidos han enfrentado momentos complicados desde que Trump asumió el poder en enero de 2025. Sus políticas de deportaciones masivas y la imposición de aranceles han sido puntos de fricción con el gobierno mexicano, liderado por Claudia Sheinbaum. Estas acciones han alimentado críticas tanto en México como entre la comunidad latina en Estados Unidos.
En particular, la narrativa de Trump sobre la migración ha sido un tema candente. Durante su discurso, reiteró su postura de reforzar la seguridad fronteriza, calificando la frontera con México como una “zona de riesgo”. Estas declaraciones han sido interpretadas como un intento de justificar medidas más duras, como el aumento de agentes en la frontera y la construcción de nuevas secciones del muro.
El gobierno mexicano, por su parte, ha respondido con cautela. Sheinbaum ha enfatizado la necesidad de mantener una relación diplomática estable, pero no ha evitado señalar que las políticas de Trump afectan la cooperación bilateral. En México, la opinión pública se ha tornado cada vez más crítica hacia el presidente estadounidense, según encuestas recientes.
Otro aspecto que ha contribuido a la impopularidad de Trump es su enfoque en el comercio. Aunque suspendió temporalmente los aranceles del 25% a productos mexicanos tras negociaciones con Sheinbaum, la amenaza de reimponerlos sigue latente. Esto ha generado incertidumbre en sectores económicos clave para México, como la agricultura y la industria automotriz.
En su discurso, Trump también hizo referencia a los cárteles mexicanos, afirmando que representan una amenaza para ambos países. Sin embargo, sus comentarios han sido percibidos como una simplificación de un problema complejo, lo que ha avivado el descontento en México, donde se esperaba un enfoque más colaborativo.
El impacto de estas declaraciones no se limita a México. En Estados Unidos, Trump enfrenta una caída en su aprobación, especialmente entre los votantes latinos, cuyo apoyo fue crucial en su victoria electoral. Analistas sugieren que su retórica podría erosionar aún más este respaldo en el futuro.
A pesar de las críticas, Trump defendió su postura, argumentando que sus decisiones son necesarias para proteger los intereses de Estados Unidos. Sin embargo, su reconocimiento de ser impopular en México refleja la dificultad de equilibrar su agenda doméstica con las relaciones internacionales.
Los próximos meses serán clave para determinar si la relación entre México y Estados Unidos puede encontrar un punto de estabilidad o si las tensiones continuarán escalando. Por ahora, el discurso de Trump ha dejado claro que su enfoque seguirá generando controversia al sur de la frontera.

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TRUMP RECONOCE SU IMPOPULARIDAD EN MÉXICO: TENSIÓN Y CRÍTICAS EN SU DISCURSO DE 100 DÍAS
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