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México cede ante presiones de Trump: Transferencias de agua a EE.UU. en el Tratado de 1944

La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado que México iniciará transferencias inmediatas de agua a Estados Unidos para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944, tras fuertes reclamos del presidente estadounidense Donald Trump. Este acuerdo, firmado hace más de 80 años, regula el reparto de los ríos Bravo y Colorado entre ambos países, pero hoy se encuentra en el centro de una controversia diplomática.
Trump acusó a México de “robar” agua a Texas, afirmando que el país debe 1.3 millones de acres-pies, equivalentes a 1,603 millones de metros cúbicos. Según el mandatario, esta deuda afecta gravemente a los agricultores del sur de Texas, incluso provocando el cierre de un ingenio azucarero en 2024. Sus amenazas incluyeron aranceles y posibles sanciones si México no cumple con el tratado.
Sheinbaum, en respuesta, aseguró que México ha cumplido con el acuerdo “en la medida de lo posible”, pero reconoció que la sequía de los últimos tres años ha complicado las entregas. La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) está buscando soluciones técnicas para garantizar el suministro sin afectar a las comunidades mexicanas, especialmente en Chihuahua y Tamaulipas.
El Tratado de 1944 establece que México debe entregar aproximadamente 2,158 millones de metros cúbicos de agua cada cinco años a Estados Unidos, provenientes del río Bravo y sus afluentes. A cambio, México recibe 1,850 millones de metros cúbicos anuales del río Colorado, una cantidad significativamente mayor. Sin embargo, la sequía ha reducido los niveles de agua en presas clave como Amistad y Falcón, que están al 21% y 12% de su capacidad.
Julio Berdegué, secretario de Agricultura, confirmó que México ya negocia con funcionarios estadounidenses, incluyendo a la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y al subsecretario de Estado, Christopher Landau. Las discusiones incluyen un programa de tecnificación de riego en distritos de Baja California, Chihuahua y Tamaulipas para optimizar el uso del agua.
La decisión de Sheinbaum de priorizar las transferencias inmediatas ha generado críticas en México, donde agricultores de Chihuahua ya han protestado en el pasado por la extracción de agua en tiempos de sequía. En 2020, enfrentamientos entre productores y la Guardia Nacional en la presa La Boquilla dejaron un saldo de violencia y tensión en la región.
Trump no ha dudado en escalar el conflicto, recordando que en marzo de 2025 ordenó suspender envíos de agua a Tijuana como medida de presión. Esta acción, según expertos, fue una represalia directa por el incumplimiento mexicano, aunque Sheinbaum insiste en que se busca un equilibrio para no perjudicar a las comunidades fronterizas.
Mientras tanto, el gobierno mexicano apuesta por la cooperación bilateral para evitar sanciones. La CILA ha propuesto medidas a corto plazo, pero la sequía persistente y la presión política de Estados Unidos complican el panorama. México enfrenta el desafío de cumplir un tratado de hace décadas en un contexto de crisis hídrica sin precedentes.
La controversia pone en evidencia las tensiones en la relación México-Estados Unidos, donde el agua se ha convertido en un punto de fricción tan relevante como el comercio o la migración. Las decisiones de los próximos meses serán clave para evitar un conflicto mayor.

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