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Más de 70 mil personas han visitado la tumba del papa Francisco en solo dos días

La Basílica de Santa María la Mayor en Roma se ha convertido en un punto de peregrinación masiva tras la apertura de la tumba del papa Francisco. Desde el domingo por la mañana, más de 70 mil fieles han acudido a rendir homenaje al pontífice argentino, fallecido el pasado 21 de abril. La noticia, reportada por la Policía italiana, refleja la profunda huella que Francisco dejó en la comunidad católica mundial.
El domingo, primer día de acceso público, unas 60 mil personas pasaron por la basílica, mientras que otras 10 mil lo hicieron hasta el mediodía del lunes. La tumba, ubicada en un nicho lateral entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, es sencilla, con una lápida de mármol de Liguria que lleva solo la inscripción “Franciscus”. Una rosa blanca, símbolo de su devoción a Teresa de Lisieux, descansa sobre la lápida.
La afluencia ha sido tan grande que las autoridades han tenido que gestionar el flujo de visitantes con vallas en la plaza del Esquilino. El acceso se bloqueó temporalmente el domingo debido a la masificación, con tiempos de espera de hasta una hora. Los fieles, provenientes de diversos países, han expresado su admiración por la humildad y el compromiso de Francisco con los más vulnerables.
El papa Francisco, conocido por su devoción a la Virgen de la Salus Populi Romani, eligió esta basílica para su descanso final por su conexión personal con el lugar. Desde que era obispo, solía visitar este templo en Roma, lo que lo convirtió en un espacio significativo para él. Su decisión de ser enterrado fuera del Vaticano, junto a otros siete papas, subraya su estilo de vida austero.
El domingo por la tarde, más de 110 cardenales acudieron a la basílica para rezar ante la tumba, en un acto seguido por las segundas vísperas. Este evento marcó un momento de reflexión para la Iglesia, que se prepara para el cónclave que elegirá al próximo papa. Las reuniones preparatorias comenzaron el lunes, con la expectativa de fijar una fecha para el cónclave entre el 5 y el 10 de mayo.
La tumba de Francisco, diseñada según su testamento, incluye una reproducción de su cruz pectoral y carece de ornamentos ostentosos. Este diseño refleja los valores de simplicidad que defendió durante su pontificado. Los costos de la sepultura fueron cubiertos por un benefactor anónimo, siguiendo las instrucciones del propio papa.
Miles de peregrinos han compartido testimonios conmovedores sobre el impacto de Francisco en sus vidas. Desde su defensa de los migrantes hasta su mensaje de inclusión, muchos ven en él una inspiración para la Iglesia del futuro. La basílica, ahora un nuevo centro de peregrinaje, espera seguir recibiendo a miles de visitantes en los próximos días.
El legado del papa Francisco, quien falleció a los 88 años tras una larga batalla contra problemas respiratorios, continúa resonando. Su funeral, al que asistieron líderes mundiales como Donald Trump y Felipe VI, reunió a más de 400 mil personas. La Basílica de Santa María la Mayor, con su atmósfera de devoción, se consolida como un lugar de memoria para honrar al primer papa latinoamericano.
La afluencia masiva también ha generado retos logísticos. Las autoridades han reforzado la seguridad y limitado el tiempo de permanencia frente a la tumba para agilizar el paso de los visitantes. A pesar de estas medidas, la atmósfera en la basílica sigue siendo de respeto y recogimiento, con muchos fieles tomando fotos o haciendo la señal de la cruz al pasar.
Mientras Roma se despide de Francisco, la Iglesia enfrenta un momento de transición. Los cardenales, reunidos en congregaciones generales, buscan un sucesor que continúe o redefina el rumbo trazado por el pontífice argentino. Por ahora, la tumba de Francisco permanece como un símbolo de su vida dedicada a la fe y la humildad.

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