En un nuevo capítulo de la crisis de violencia que azota a Jalisco, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco hizo un macabro descubrimiento en San Pedro Tlaquepaque. En una zona despoblada de la colonia Artesanos, encontraron restos óseos calcinados y lo que parecen ser hornos crematorios clandestinos. El hallazgo, realizado la tarde del domingo, pone en evidencia la magnitud del problema de desapariciones y crímenes en la región.
El colectivo, liderado por Indira Navarro, reportó que los restos incluyen molares, vértebras y fragmentos de cráneo, todos calcinados. Según Navarro, no es la primera vez que encuentran evidencia de actividades criminales en esta zona. Hace dos años, el grupo ya había localizado un horno similar en el mismo lugar, donde incluso se observaba humo saliendo de una lámina. Este nuevo descubrimiento sugiere que los grupos delictivos han retomado sus prácticas en el área.
La escena descrita por las buscadoras es estremecedora. En medio de la oscuridad, en un cerro alejado, los restos fueron hallados en lo que parece ser una especie de cueva improvisada. Navarro explicó que los criminales queman los cuerpos con llantas para deshacerse de ellos, dejando fragmentos óseos esparcidos. La falta de presencia de autoridades en el lugar agrava la situación, dejando a las familias buscadoras en una posición vulnerable.
El colectivo denunció la inacción de las autoridades locales. Al intentar reportar el hallazgo, la policía de Tlaquepaque les colgó el teléfono. Esta indiferencia, según Navarro, es inaceptable. Las buscadoras permanecieron en el sitio hasta altas horas de la noche, resguardando los restos para evitar que fueran manipulados o desaparecieran. La falta de respuesta inmediata de las autoridades municipales fue calificada como una revictimización para las familias.
Este no es un caso aislado en Jalisco. La entidad enfrenta una crisis de desapariciones que no muestra signos de disminuir. Según datos oficiales, miles de personas permanecen sin localizar en el estado, y colectivos como Guerreros Buscadores han asumido la tarea que, en teoría, corresponde a las autoridades. La presencia de hornos clandestinos apunta a una estrategia sistemática de los grupos criminales para borrar toda evidencia de sus víctimas.
La representante del colectivo expresó su frustración ante el abandono del lugar por parte de las autoridades. A pesar del riesgo, las buscadoras decidieron quedarse en el sitio para proteger la evidencia. Navarro señaló que aún queda mucho por investigar en la zona, ya que los restos hallados podrían ser solo una fracción de lo que se encuentra en el área. La magnitud del hallazgo sugiere que el lugar fue usado de manera recurrente por los criminales.
La situación en Tlaquepaque refleja un problema más amplio en México, donde los colectivos de búsqueda han tomado un rol protagónico frente a la incapacidad o indiferencia de las instituciones. La labor de estas familias, que buscan a sus seres queridos sin descanso, pone al descubierto las fallas de un sistema que no logra garantizar seguridad ni justicia. Cada hueso encontrado es un recordatorio de las vidas perdidas y de la impunidad que prevalece.
El hallazgo de estos restos y hornos clandestinos en Tlaquepaque no solo es un golpe para las familias que buscan respuestas, sino una señal de alerta sobre la profundidad de la violencia en Jalisco. Mientras las autoridades no actúen con la urgencia que el caso requiere, los colectivos seguirán enfrentándose solos a la cruda realidad de un país donde los desaparecidos no dejan de acumularse.

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Escalofriante hallazgo en Tlaquepaque: restos humanos y hornos clandestinos al descubierto
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