La Capilla Sixtina, uno de los tesoros más visitados del Vaticano, cerró sus puertas al público este lunes 28 de abril de 2025. El motivo: los preparativos para el cónclave que elegirá al próximo Papa tras la muerte de Francisco, ocurrida el pasado 21 de abril. Este icónico espacio, famoso por los frescos de Miguel Ángel, se transforma ahora en el escenario donde los cardenales decidirán el futuro de la Iglesia Católica.
El cónclave, cuya fecha de inicio está confirmada para el 7 de mayo, reunirá a 135 cardenales menores de 80 años provenientes de todo el mundo. Estos electores se encerrarán bajo estrictas normas de secreto, incomunicados del exterior, para garantizar que la elección sea guiada únicamente por la reflexión y la fe. La Capilla Sixtina, construida en el siglo XV bajo el papado de Sixto IV, se acondicionará con mesas, bancas y una estufa para quemar las papeletas de votación.
Uno de los elementos más emblemáticos del cónclave es la chimenea instalada en el tejado de la capilla. A través de ella, el mundo sabrá el resultado de cada votación: humo negro si no hay consenso, humo blanco cuando se haya elegido al nuevo Pontífice. Este ritual, cargado de simbolismo, atrae la atención de millones de personas que esperan el anuncio del “Habemus Papam” desde la Plaza de San Pedro.
El cierre de la Capilla Sixtina no solo afecta a los turistas, sino también a otros espacios del Vaticano. Los Museos Vaticanos, los Jardines Vaticanos y la Necrópolis de la Vía Triumphalis suspendieron sus visitas, mientras que el palacio de Castel Gandolfo también cerró el sábado 26 de abril en señal de luto por el funeral de Francisco. La Basílica de Santa María la Mayor, donde el Papa pidió ser enterrado, opera con horarios modificados.
La muerte de Francisco, a los 88 años, marcó el fin de un pontificado de doce años caracterizado por reformas y un estilo cercano a la gente. Su funeral, celebrado el sábado 26 de abril, reunió a unas 250,000 personas en la Plaza de San Pedro. Durante los días previos, decenas de miles de fieles pasaron por la capilla ardiente en la Basílica de San Pedro para despedirlo.
El cónclave, que se espera dure entre dos y tres días, aunque podría extenderse, tiene un peso histórico. En el pasado, algunos cónclaves han durado semanas o incluso meses, como el de 1268-1271, que se prolongó por casi tres años. Sin embargo, en los últimos cien años, la elección ha sido más rápida, con un promedio de dos días, como ocurrió en 2005 y 2013.
Los cardenales, alojados en la Casa Santa Marta, buscarán un líder que unifique a los 1,400 millones de católicos en el mundo. Algunos abogan por un Papa que continúe las reformas de Francisco, mientras otros, más conservadores, prefieren un perfil menos progresista. Nombres como el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y Luis Antonio Tagle, de Filipinas, figuran entre los posibles candidatos.
La Capilla Sixtina, con sus frescos que incluyen “La Creación de Adán” y “El Juicio Final”, no solo es un monumento artístico, sino un espacio sagrado donde se toman decisiones que impactan a la humanidad. Mientras los cardenales deliberan, el mundo permanecerá atento a la chimenea, esperando la señal que marcará el inicio de una nueva era para la Iglesia Católica.
Este cierre ha afectado a millones de turistas que visitan Roma, especialmente en 2025, año declarado Jubileo por la Iglesia. Quienes planeaban ver la capilla se han encontrado con la noticia de su clausura indefinida, lo que ha generado ajustes en itinerarios y recomendaciones para explorar otros sitios, como la Basílica de San Pedro o el Palazzo Barberini.
Roma vive ahora un ambiente solemne, con la expectativa puesta en el cónclave. La elección del próximo Papa no solo definirá el rumbo de la Iglesia, sino que también será un momento de reflexión para los fieles y un evento de interés global que trasciende fronteras y creencias.

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Capilla Sixtina cerrada: El Vaticano se prepara para elegir al nuevo Papa
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