Un apagón eléctrico de proporciones históricas sacudió España y Portugal este lunes, dejando a millones de personas sin luz y colapsando servicios esenciales. El corte, que comenzó alrededor de las 12:30 horas, afectó a todas las comunidades autónomas de España, excepto Canarias y Baleares, y se extendió a gran parte del territorio portugués. Incluso algunas zonas del sur de Francia reportaron interrupciones.
El transporte público quedó completamente paralizado. En ciudades como Madrid, Barcelona y Lisboa, los metros y trenes de cercanías detuvieron sus operaciones, dejando a miles de pasajeros varados. Las estaciones de tren, como Chamartín y Atocha en Madrid, fueron evacuadas, y Renfe confirmó que no habría movimiento de trenes hasta nuevo aviso. Los aeropuertos, incluidos Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat, enfrentaron retrasos masivos debido a la falta de electricidad.
El caos se apoderó de las calles. Los semáforos dejaron de funcionar, provocando atascos y accidentes en urbes como Sevilla, Bilbao y Valencia. La Policía de Seguridad Pública de Portugal pidió a los conductores extremar precauciones, mientras en España la Dirección General de Tráfico recomendó evitar desplazamientos innecesarios. En Barcelona, el colapso del tráfico complicó aún más la situación para residentes y turistas.
Las comunicaciones también se vieron gravemente afectadas. Los cortes de luz generaron fallos en las redes de telefonía móvil e internet, dejando a muchas personas incomunicadas. En algunos casos, los ciudadanos recurrieron a radios de batería para obtener información, mientras las autoridades trabajaban para restablecer los servicios.
Red Eléctrica, el operador de la red española, calificó el apagón como un evento “excepcional y totalmente extraordinario”. A las 13:30 horas, comenzaron a recuperar tensión en el norte y sur de la península, pero advirtieron que el restablecimiento total podría tomar entre seis y diez horas. En Portugal, la distribuidora E-Redes señaló que el problema podría estar relacionado con una falla en el sistema eléctrico europeo.
Los hospitales, afortunadamente, no se vieron comprometidos gracias a sus generadores de emergencia. Sin embargo, en algunos centros médicos, como el hospital Miguel Servet de Zaragoza, se suspendieron operaciones no urgentes para priorizar posibles emergencias. Los grandes centros de datos y empresas con generadores propios también lograron mantener sus operaciones.
Las autoridades de ambos países han convocado reuniones de emergencia para gestionar la crisis. En España, el presidente Pedro Sánchez se trasladó al Centro de Control de Red Eléctrica para supervisar la situación, mientras que en Cataluña, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, canceló su agenda para liderar un comité de crisis. En Portugal, el gobierno trabaja en coordinación con la Autoridad Nacional de Protección Civil.
La causa del apagón sigue siendo un misterio. Aunque algunas fuentes especulan sobre un posible ciberataque, las autoridades no han confirmado ninguna hipótesis. Equipos técnicos de varios ministerios y compañías eléctricas están investigando el origen, que podría estar relacionado con una falla en la infraestructura de alta tensión o en el sistema de interconexión europeo.
El impacto económico y social de este apagón es incalculable. Comercios cerraron sus puertas, supermercados reportaron filas y pérdidas, y eventos como el Mutua Madrid Open de tenis fueron suspendidos. En las redes sociales, los ciudadanos compartieron imágenes de estaciones abarrotadas y calles en penumbra, reflejando la magnitud de la crisis.
A medida que avanza la tarde, la recuperación del suministro eléctrico es la prioridad. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y millones de personas en España, Portugal y partes de Francia esperan respuestas sobre qué provocó este colapso sin precedentes y cuándo volverá la normalidad.