Una tragedia sacude nuevamente a Juárez, Nuevo León, donde la violencia armada se cobra vidas inocentes sin que las autoridades parezcan capaces de frenarla. En la madrugada del 27 de abril, una madre de 26 años, identificada como Fernanda Rangel, y su bebé de apenas cuatro meses, Aarón, fueron brutalmente asesinados a balazos mientras viajaban en un taxi en la colonia Los Puertos, cuarto sector.
El ataque ocurrió en una calle de esta comunidad, cuando dos sujetos a bordo de una motocicleta persiguieron al vehículo donde viajaba la familia. Sin piedad, los agresores dispararon en repetidas ocasiones, dejando un saldo devastador. Fernanda murió en el lugar, mientras que el pequeño Aarón, gravemente herido, fue trasladado de emergencia a un hospital, donde lamentablemente perdió la vida minutos después.
El conductor del taxi, un joven de 21 años identificado como Julio, también resultó herido en el ataque. Fuentes cercanas a la investigación señalan que este hombre, quien sobrevivió pero permanece en estado grave, podría estar vinculado al narcomenudeo en la zona, lo que podría haber motivado el ataque. Sin embargo, nada justifica la pérdida de vidas inocentes, especialmente la de un bebé que no tuvo oportunidad de vivir.
La escena del crimen fue caótica, con vecinos conmocionados al presenciar el violento episodio. Elementos de la Policía Municipal y paramédicos de Protección Civil acudieron al lugar, pero poco pudieron hacer para salvar a las víctimas. La falta de seguridad en esta colonia, conocida por ser un punto de conflicto entre grupos delictivos, es un reclamo constante de los habitantes, quienes viven con miedo.
Este nuevo episodio de violencia pone en evidencia el descontrol que reina en las calles de Nuevo León. Los ataques armados no son casos aislados; se han convertido en una constante que afecta a familias enteras, sin distinción. La ciudadanía se pregunta cuánto más tendrán que soportar antes de que las autoridades tomen medidas efectivas para garantizar su seguridad.
Las investigaciones están en curso, pero hasta el momento no se reportan detenidos. La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León analiza las evidencias recolectadas en el lugar, incluyendo casquillos y grabaciones de cámaras de seguridad. Sin embargo, la lentitud en las respuestas y la impunidad que caracteriza estos casos solo alimentan la frustración de la población.
El gobierno municipal de Juárez, encabezado por Morena, enfrenta nuevamente críticas por su incapacidad para frenar la ola de inseguridad. Los operativos de vigilancia parecen insuficientes, y la coordinación con las fuerzas estatales y federales no ha dado resultados concretos. Mientras tanto, las familias de las víctimas lloran una pérdida irreparable.
Este trágico suceso no solo enluta a una comunidad, sino que es un recordatorio de la crisis de seguridad que azota al país. La muerte de Fernanda y Aarón se suma a una lista cada vez más larga de víctimas de la violencia, en un contexto donde la tranquilidad parece un lujo inalcanzable. La sociedad exige respuestas, pero el panorama sigue siendo desolador.

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Violencia sin control en Juárez: Madre y bebé asesinados a balazos en un taxi
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