La desaparición de Tamara Romero Matehuala, una joven de 16 años estudiante del CCH Naucalpan, ha sumido a su familia en la angustia. El pasado 22 de abril, Tamara fue vista por última vez en la zona del Bosque de los Remedios, en el Estado de México. Desde entonces, sus padres no han tenido noticias de su paradero, y la incertidumbre crece con cada día que pasa.
Johana Matehuala, madre de Tamara, ha hecho un llamado desgarrador a las autoridades del Estado de México y la Ciudad de México. La familia exige que se agilicen las investigaciones para localizar a la joven. Según Johana, Tamara asistió a clases en el CCH Naucalpan, pero nunca regresó a casa, lo que desató la preocupación inmediata de sus seres queridos.
El caso ha generado indignación entre la comunidad estudiantil y los vecinos de Naucalpan. La madre de Tamara ha pedido apoyo a los compañeros de su hija y a cualquier persona que pueda tener información relevante. La falta de avances concretos en la búsqueda ha incrementado la frustración de la familia, que siente que las autoridades no están actuando con la rapidez necesaria.
El CCH Naucalpan emitió un comunicado aclarando que Tamara no desapareció dentro de las instalaciones del plantel. Sin embargo, la institución aseguró que está colaborando con las autoridades y brindando apoyo a la familia. Este pronunciamiento no ha sido suficiente para calmar los ánimos de quienes exigen respuestas claras y acciones inmediatas.
La desaparición de Tamara se suma a una alarmante ola de casos similares en el Estado de México, donde la inseguridad sigue siendo un problema grave. Los padres de la joven han señalado que no descansarán hasta saber qué pasó con su hija. La comunidad, por su parte, se ha volcado en redes sociales para difundir la ficha de búsqueda, con la esperanza de que alguien proporcione pistas.
Organizaciones civiles y activistas han criticado la lentitud con la que las autoridades manejan este tipo de casos. En el Edomex, las desapariciones, especialmente de mujeres jóvenes, son una constante que no parece encontrar freno. La presión sobre el gobierno estatal crece, mientras la familia de Tamara vive un calvario en su espera por noticias.
La ficha de búsqueda describe a Tamara como una joven de 16 años, de complexión delgada, tez morena clara, cabello negro y chino, y con tatuajes en el pecho y los brazos. El día de su desaparición vestía una sudadera negra con detalles blancos y naranjas, pants negros de la marca Nike y tenis blancos. Estos detalles son clave para identificarla, según las autoridades.
La situación de Tamara ha puesto de manifiesto, una vez más, la vulnerabilidad de las mujeres jóvenes en la región. Mientras la familia espera respuestas, la comunidad de Naucalpan se organiza para exigir justicia y mayor seguridad. La desaparición de la joven no solo es una tragedia familiar, sino un reflejo de los desafíos que enfrenta el Estado de México en materia de seguridad pública.