El mundo entero tuvo los ojos puestos en Roma este sábado, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistió al funeral del papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Acompañado por la primera dama, Melania Trump, el mandatario rindió homenaje al pontífice argentino, fallecido el lunes a los 88 años tras sufrir un ictus cerebral.
Sin embargo, el evento no solo fue un acto de despedida al líder de la Iglesia Católica. Antes de la ceremonia, Trump sostuvo una breve pero significativa reunión con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la Basílica de San Pedro. El encuentro, que duró aproximadamente 15 minutos, fue descrito por la Casa Blanca como “muy productivo”.
Zelenski, quien llegó a Roma acompañado de su esposa Olena Zelenska, fue recibido con una ovación por los asistentes al salir de la basílica, un gesto que rompió el protocolo solemne del funeral. El presidente ucraniano destacó la reunión como “simbólica” y expresó su esperanza de que pueda convertirse en “histórica” si se logran resultados concretos.
La reunión entre ambos líderes ocurre en un momento crítico para Ucrania, que enfrenta una guerra con Rusia desde hace más de tres años. Trump, quien ha insistido en negociar un alto el fuego, afirmó en su red social Truth Social que Kiev y Moscú están “muy cerca de un acuerdo”. Su enviado, Steve Witkoff, se reunió con el presidente ruso Vladímir Putin el viernes, aunque Putin no asistió al funeral.
El funeral del papa Francisco reunió a más de 50 jefes de Estado y decenas de dignatarios, incluyendo al presidente francés Emmanuel Macron, el argentino Javier Milei y los reyes de España, Felipe VI y Letizia. La ceremonia, oficiada por el cardenal Giovanni Battista Re, congregó a unas 200,000 personas en la Plaza de San Pedro.
A pesar de la solemnidad del evento, la presencia de Trump y Zelenski generó expectativas sobre posibles avances diplomáticos. Sin embargo, el tiempo limitado de Trump en Roma, donde estuvo menos de medio día, redujo las posibilidades de reuniones más extensas con otros líderes, como había sugerido inicialmente.
El Vaticano, consciente del desafío logístico y diplomático, aplicó un estricto protocolo para organizar a las delegaciones internacionales. Argentina, país natal del papa, e Italia ocuparon los lugares de honor, mientras que los demás líderes fueron ubicados por orden alfabético en francés, manteniendo a Trump y Zelenski a una distancia prudente.
Tras el funeral, el féretro del papa Francisco fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde fue enterrado según su deseo de un sepulcro sencillo. El evento no solo marcó el adiós a un pontífice que defendió a los más vulnerables, sino que también sirvió como un escenario inesperado para la diplomacia mundial.

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Trump y Zelenski se reúnen en el Vaticano: ¿Un paso hacia la paz o solo un gesto simbólico?
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