La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó el arranque de las obras para que el Tren Maya también transporte carga, un proyecto que promete transformar el sureste mexicano pero que ya despierta dudas. Desde Yucatán, la mandataria dio el banderazo a una inversión inicial de 25 mil millones de pesos, asegurando que el tren será clave para convertir la región en un polo industrial. Sin embargo, la falta de claridad sobre los resultados reales genera escepticismo.
El evento tuvo lugar en Progreso, donde Sheinbaum estuvo acompañada por el gobernador morenista Joaquín Huacho Díaz Mena. Ahí, destacó que estas obras son parte de sus promesas de campaña y un supuesto legado de la Cuarta Transformación. Pero críticos ya cuestionan si este megaproyecto, iniciado por Andrés Manuel López Obrador, realmente beneficiará a la población o será otro gasto descomunal sin impacto claro.
La Secretaría de la Defensa Nacional será la encargada de construir la infraestructura, que incluye diez complejos multimodales de carga, como terminales intermodales y patios de operación. Según el gobierno, estas instalaciones fortalecerán el transporte de mercancías en la península de Yucatán. Sin embargo, no se han presentado estudios detallados que garanticen la viabilidad económica de esta ambiciosa apuesta.
Además del Tren Maya, Sheinbaum anunció una inversión de más de 12 mil millones de pesos para ampliar el puerto de Progreso. Este proyecto busca atraer inversiones y facilitar exportaciones, pero los antecedentes de obras similares en el sexenio pasado, con retrasos y sobrecostos, hacen que muchos duden de su éxito. La presidenta insiste en que estas iniciativas cumplirán sus objetivos, pero la opacidad sigue siendo una constante.
El Tren Maya, con sus 1,553 kilómetros de vías, fue una de las obras insignia de López Obrador, pero ha estado envuelto en controversias desde su inicio. Deforestación, impacto en comunidades indígenas y problemas técnicos han marcado su historia. Ahora, Sheinbaum promete que la versión de carga resolverá las críticas, pero no explica cómo se financiarán los costos adicionales ni cómo se evitarán los errores del pasado.
En su discurso, la presidenta también habló de extender el Tren Maya y el Corredor Interoceánico hacia Guatemala, una idea que suena grandiosa pero que parece más un sueño que una realidad. La falta de acuerdos concretos con países vecinos y los retos logísticos de un proyecto transfronterizo generan más preguntas que respuestas. Mientras tanto, los recursos públicos siguen fluyendo sin un plan transparente.
Sheinbaum aprovechó para destacar programas sociales, como apoyos a pescadores y productores de miel en Yucatán. Sin embargo, estas promesas suenan a estrategia política para ganar simpatías, mientras los grandes proyectos avanzan sin rendición de cuentas. La participación de las Fuerzas Armadas en las obras, aunque alabada por la mandataria, también levanta sospechas sobre el creciente papel militar en tareas civiles.
El arranque de estas obras se da en un contexto de alta expectativa, pero también de incertidumbre. Los ciudadanos del sureste esperan que el Tren Maya cumpla con las promesas de desarrollo, pero los antecedentes de la 4T no inspiran confianza. Con millones de pesos en juego, la pregunta es si este proyecto será un motor de progreso o un nuevo elefante blanco que pagaremos todos.
La gira de Sheinbaum por Yucatán es su tercera visita oficial a la entidad en apenas seis meses, mostrando el peso político que el sureste tiene para Morena. Sin embargo, los reflectores están puestos en si estas obras millonarias realmente transformarán la región o se quedarán en anuncios espectaculares. Por ahora, el Tren Maya sigue siendo un símbolo de ambición, pero también de controversia.

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¡Sheinbaum lanza obras millonarias para el Tren Maya y nadie sabe si funcionarán!
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