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El torbellino de Elon Musk se desvanece en el Washington de Trump

Elon Musk, el magnate que prometió revolucionar el gobierno de Estados Unidos, ha perdido fuerza tras un paso turbulento por Washington durante los primeros 100 días del segundo mandato de Donald Trump. Su influencia, que parecía inquebrantable, ahora enfrenta cuestionamientos mientras se retira para enfocarse en sus empresas.
El multimillonario sudafricano irrumpió en la Casa Blanca como una figura clave, nombrado por Trump para liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental. Su presencia fue tan constante que incluso se rumoró que dormía en el suelo del complejo presidencial. Para muchos, Musk era una especie de copresidente no electo.
Sin embargo, las expectativas de Musk chocaron con la realidad. Prometió recortar el gasto gubernamental de manera drástica, pero no logró ni el 10 por ciento de lo anunciado. Sus medidas, como el desmantelamiento de la agencia Usaid, generaron un caos administrativo con repercusiones globales, afectando a poblaciones vulnerables.
El declive de Musk en Washington coincide con problemas en su imperio empresarial. Tesla, su principal compañía, reportó una caída del 71 por ciento en sus beneficios, un golpe que también afectó su fortuna personal. Este revés lo ha obligado a anunciar que pasará menos tiempo en la capital estadounidense.
Las tensiones con el equipo de Trump también marcaron su trayectoria. Musk protagonizó discusiones acaloradas y enfrentamientos públicos, como el intercambio de insultos con Peter Navarro, asesor comercial del presidente. Estas fricciones evidencian un choque de egos en el círculo cercano a Trump.
A pesar de su retroceso, algunos expertos creen que la influencia de Musk no desaparecerá por completo. Su riqueza y el control de la red social X le otorgan un poder significativo, aunque su rol en Washington sea menos prominente. La pregunta es si Trump seguirá escuchándolo.
El paso de Musk por la política estadounidense deja un saldo de promesas incumplidas y controversias. Sus medidas radicales, como la congelación de fondos federales, han generado críticas por su impacto en la economía y en la confianza de los consumidores, según analistas.
El futuro de Musk en la esfera política sigue siendo incierto. Mientras regresa a sus negocios, su legado en Washington queda como un recordatorio de los límites del poder individual, incluso para el hombre más rico del mundo.

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