El cardenal Giovanni Battista Re, encargado de la homilía, destacó que Francisco nunca dejó de alzar la voz para pedir el fin de las guerras. Frente a los conflictos globales, con sus horrores y destrucciones, el Papa instó a la sensatez y a la negociación honesta, recordando siempre que la guerra solo trae muerte y sufrimiento.
Francisco solía repetir una frase que se convirtió en emblema de su pontificado: “La guerra es solo muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas”. Para él, todo conflicto era una derrota para la humanidad, un mensaje que resonó en los corazones de los 200,000 asistentes al funeral.
El cardenal Re también evocó la última imagen del Papa, durante el Domingo de Resurrección. A pesar de su frágil salud, Francisco impartió su bendición desde el balcón de la Basílica de San Pedro y recorrió la plaza en el papamóvil, saludando a los fieles con su característica calidez.
Su dedicación a los más vulnerables, como los pobres y los migrantes, fue otro pilar de su legado. Francisco se esforzó por dar voz a “los últimos de la Tierra”, defendiendo su dignidad y abogando por un mundo más justo y solidario.
El cardenal resaltó la espontaneidad de Francisco, su lenguaje sencillo y lleno de metáforas que conectaba incluso con quienes estaban alejados de la Iglesia. Su carisma y cercanía dejaron una huella imborrable, tocando corazones en todo el mundo.
La homilía también reconoció su capacidad para construir puentes, no muros, un lema que definió su pontificado. Francisco buscó siempre el diálogo, promoviendo la esperanza y la búsqueda de la verdad en un mundo dividido.
El funeral contó con la presencia de 140 delegaciones internacionales, incluyendo 50 jefes de Estado y una decena de soberanos, reflejando el impacto global del Papa. Su mensaje de paz y humanidad trascendió fronteras y religiones.
En sus palabras finales, el cardenal Re pidió a Francisco que, desde el cielo, bendiga a la Iglesia, a Roma y al mundo entero, como lo hizo en su última bendición. Su legado, dijo, seguirá inspirando a quienes buscan un futuro de paz y justicia.
El Papa Francisco, un líder que vivió para los demás hasta su último aliento, deja un vacío, pero también un camino claro: el de la compasión, la paz y la esperanza para un mundo mejor.

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El papa Francisco, recordado por su incansable lucha por la paz y los más necesitados, fue despedido en un emotivo funeral en la Plaza de San Pedro. Su legado, marcado por un mensaje de esperanza y humanidad, resonó en la homilía que conmovió a miles de fieles y líderes mundiales.
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