La Ciudad de México enfrenta un sábado marcado por un calor intenso que no da tregua. Según el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional, las temperaturas máximas alcanzarán entre 28 y 30 grados Celsius, manteniendo un ambiente cálido a caluroso durante la tarde. La presencia de bruma será notable, afectando la calidad del aire en varias zonas de la capital.
A pesar del bochorno, el cielo estará medio nublado, con probabilidad de lluvias aisladas en la Ciudad de México y el Estado de México. Estas precipitaciones, que podrían acumular entre 0.1 y 5 milímetros, estarán acompañadas de descargas eléctricas y posible caída de granizo, especialmente en el oriente del Valle de México.
Las lluvias, aunque ligeras, podrían generar complicaciones en la movilidad urbana. Las autoridades han advertido sobre la posibilidad de encharcamientos en avenidas principales, lo que podría afectar a quienes transiten por la ciudad durante la tarde.
El viento también será un factor a considerar. Se esperan rachas de entre 30 y 50 kilómetros por hora, con posibles tolvaneras en áreas abiertas. Estas condiciones podrían complicar la visibilidad y generar molestias en las zonas más expuestas de la capital.
Por la mañana, el ambiente será más templado, con temperaturas mínimas de entre 14 y 16 grados Celsius. Sin embargo, el fresco amanecer dará paso rápidamente al calor, haciendo que la sensación térmica sea más intensa al mediodía.
La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil no ha activado alertas por altas temperaturas para este sábado, a diferencia de días anteriores. Aún así, se recomienda a la población mantenerse hidratada y evitar la exposición prolongada al sol, especialmente entre las 14:00 y las 18:00 horas.
Estas condiciones climáticas son parte de una onda de calor que ha afectado a varias regiones del país. La combinación de altas temperaturas y lluvias aisladas es típica de la temporada primaveral, pero sigue siendo un desafío para los habitantes de la Ciudad de México.
El pronóstico para el domingo indica que las temperaturas se mantendrán elevadas, con posibilidad de más lluvias. La capital seguirá enfrentando un clima cambiante que exige precaución tanto por el calor como por las precipitaciones inesperadas.