La tercera ronda de negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre el programa nuclear iraní concluyó este sábado en Omán, marcando un nuevo capítulo en un diálogo que busca reducir las tensiones en Medio Oriente. Las conversaciones, mediadas por el gobierno omaní, duraron más de siete horas y se centraron en detalles técnicos y demandas específicas de ambas partes.
El ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchi, lideró la delegación de su país, mientras que Steve Witkoff, enviado especial de la Casa Blanca para Medio Oriente, encabezó la representación estadounidense. Por primera vez, se incluyeron reuniones técnicas con expertos de ambos lados, lo que permitió un análisis más profundo de temas como el enriquecimiento de uranio y el levantamiento de sanciones.
Irán insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos y exige la eliminación total de las sanciones impuestas por Estados Unidos, las cuales han afectado gravemente su economía. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, señaló que las negociaciones se desarrollaron en un ambiente serio, pero reconoció que aún persisten diferencias significativas.
Por su parte, el gobierno estadounidense calificó las conversaciones como positivas y productivas, aunque admitió que queda mucho por resolver. Las sanciones, reimpuestas durante la primera presidencia de Donald Trump tras abandonar el acuerdo nuclear de 2015, siguen siendo un punto de fricción central en las discusiones.
Un tema clave en las negociaciones es el enriquecimiento de uranio por parte de Irán, que ha alcanzado niveles cercanos a los necesarios para desarrollar un arma nuclear. Estados Unidos y sus aliados, incluyendo Israel, han advertido sobre posibles acciones militares si no se llega a un acuerdo que garantice la naturaleza pacífica del programa iraní.
Las tensiones regionales también complican el panorama. La guerra entre Israel y Hamás en Gaza, junto con los ataques aéreos estadounidenses contra grupos respaldados por Irán en Yemen, han elevado el riesgo de un conflicto más amplio. Estas dinámicas influyen en la urgencia de encontrar una solución diplomática.
Omán, como mediador, destacó que las delegaciones regresarán a sus capitales para consultas internas antes de retomar las negociaciones la próxima semana. El papel del país árabe ha sido crucial para facilitar un diálogo que, hasta hace poco, parecía improbable dado el historial de hostilidad entre Washington y Teherán.
El fortalecimiento de sitios nucleares iraníes, reportado recientemente, añade presión a las conversaciones. Imágenes satelitales sugieren que Irán está construyendo túneles que podrían albergar centrifugadoras avanzadas, lo que aumenta las preocupaciones de Estados Unidos y el Organismo Internacional de Energía Atómica.
A pesar de los avances, expertos advierten que las diferencias sobre el programa de misiles iraní y el ritmo de levantamiento de sanciones podrían retrasar un acuerdo final. Ambas partes han expresado su compromiso con la diplomacia, pero el camino hacia un pacto duradero sigue siendo complejo.
La comunidad internacional observa de cerca estas negociaciones, conscientes de que su resultado podría redefinir la estabilidad en Medio Oriente. Por ahora, el diálogo continúa, pero el tiempo para resolver las tensiones nucleares se agota rápidamente.

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Avances y tensiones: Estados Unidos e Irán cierran tercera ronda de negociaciones nucleares con pasos firmes, pero sin acuerdo final
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