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Trump da un paso audaz para dominar los minerales del océano y desafiar a China

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que busca transformar la economía del país al impulsar la explotación del fondo marino. Esta medida, anunciada el jueves, tiene como objetivo principal extraer minerales críticos esenciales para el desarrollo tecnológico, un sector donde China mantiene un dominio casi absoluto.
La orden ejecutiva instruye a los secretarios del Interior, Doug Burgum, y de Comercio, Howard Lutnick, a acelerar los permisos para la exploración y minería en aguas profundas. Según la Casa Blanca, el lecho marino bajo jurisdicción estadounidense alberga recursos clave como níquel, cobalto, cobre, manganeso, titanio y tierras raras, vitales para industrias como la tecnología, la defensa y la energía renovable.
Estados Unidos busca liderar esta industria emergente, que podría redefinir el panorama energético y tecnológico global. La Casa Blanca destacó que estas acciones son fundamentales para fortalecer la economía nacional y reducir la dependencia de proveedores extranjeros, especialmente de China, que controla gran parte de la cadena de suministro de estos minerales.
La medida también incluye una investigación bajo la Ley de Expansión Comercial de 1962 para evaluar el impacto de las importaciones de minerales críticos en la seguridad nacional. Si se determina que estas importaciones representan una amenaza, Trump podría imponer aranceles, reemplazando los actuales “aranceles recíprocos” anunciados previamente.
Sin embargo, la decisión ha generado controversia debido a los posibles impactos ambientales. La minería en aguas profundas es una práctica relativamente nueva y enfrenta críticas por sus efectos en los ecosistemas marinos, muchos de los cuales aún no han sido completamente estudiados. Organizaciones ambientalistas han advertido sobre el riesgo de daños irreversibles en el fondo oceánico.
La orden también desafía a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, un organismo de la ONU que regula la explotación en aguas internacionales. Estados Unidos, que no ha ratificado la Convención sobre el Derecho del Mar, podría operar al margen de estas regulaciones, lo que ha generado tensiones con otros países.
Empresas como la canadiense The Metals Company han aplaudido la medida, considerándola un paso hacia el liderazgo estadounidense en la extracción de minerales. Sin embargo, la comunidad científica insiste en la necesidad de regulaciones estrictas para proteger los frágiles ecosistemas marinos antes de avanzar con proyectos a gran escala.
Esta iniciativa se enmarca en un contexto de creciente competencia global por los recursos minerales, impulsada por la demanda de tecnologías como baterías para vehículos eléctricos y paneles solares. Con esta orden, Trump busca posicionar a Estados Unidos como un actor clave en esta carrera, contrarrestando la influencia de China.
La explotación del fondo marino podría abrir nuevas oportunidades económicas, pero también plantea preguntas sobre el equilibrio entre el desarrollo tecnológico y la preservación del medio ambiente. El debate sobre los costos y beneficios de esta política apenas comienza.

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