En un hecho sin precedentes, más de 128 mil personas han acudido a la basílica de San Pedro en el Vaticano para despedir al papa Francisco, cuyo cuerpo permanece en capilla ardiente desde el pasado miércoles. La Santa Sede informó que el flujo de fieles ha sido constante, superando todas las expectativas en las primeras horas de este viernes.
La capilla ardiente, instalada tras el fallecimiento del pontífice el pasado lunes, abrió sus puertas el miércoles por la mañana. Desde entonces, miles de personas de todo el mundo han formado largas filas en la plaza de San Pedro, esperando su turno para rendir homenaje al líder de la Iglesia católica.
A diferencia de los planes iniciales, que contemplaban cerrar la basílica a medianoche, las autoridades vaticanas decidieron extender el horario debido a la alta afluencia. El jueves por la noche, el velatorio permaneció abierto hasta las 2:30 de la madrugada y reabrió a las 5:40, permitiendo que más fieles pudieran pasar.
La Protección Civil italiana estima que el número de visitantes seguirá creciendo en las próximas horas. Las puertas de la basílica se cerrarán este viernes a las 19:00 horas, cuando se realizará la ceremonia de clausura del féretro, previo al funeral programado para el sábado.
El papa Francisco, conocido por su humildad y cercanía con los más necesitados, dejó un legado que resuena en millones de personas. Su capilla ardiente, ubicada frente a la tumba de San Pedro, ha sido escenario de momentos de reflexión y oración para quienes lo admiraron.
El sábado, el funeral reunirá a líderes mundiales y autoridades eclesiásticas en una ceremonia solemne en la plaza de San Pedro. Posteriormente, el féretro será trasladado en un cortejo fúnebre hasta la basílica de Santa María la Mayor, donde el pontífice será sepultado, cumpliendo su última voluntad.
El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, destacó la organización de los servicios municipales, que han permitido manejar el flujo de visitantes de manera ordenada. Se espera que unas 200 mil personas asistan al funeral, un reflejo del impacto global del papa Francisco.
Este homenaje masivo evidencia la huella imborrable que el pontífice argentino dejó en la Iglesia y en el mundo. Su mensaje de inclusión, justicia social y cuidado del medio ambiente sigue resonando mientras los fieles se despiden en un ambiente de respeto y devoción.