La Comisión Federal de Electricidad, la empresa estatal que debería ser pilar de la economía mexicana, cerró el 2024 con un desastre financiero. Según sus estados financieros auditados, la CFE reportó pérdidas por 271 mil 574 millones de pesos, equivalentes a 13 mil 869 millones de dólares. Esta cifra duplica las pérdidas anunciadas en febrero pasado, dejando en evidencia una gestión que no logra enderezar el rumbo.
El año pasado, la CFE presumía ganancias de 96 mil 191 millones de pesos. Sin embargo, en 2024, el panorama cambió drásticamente. La empresa atribuye este descalabro a dos factores principales: la depreciación del peso frente al dólar y un cambio en su régimen tributario. La pregunta es, ¿cómo una empresa estratégica puede caer tan bajo en tan poco tiempo?
La depreciación del peso, que pasó de 16.92 a 20.26 pesos por dólar en un año, golpeó duramente a la CFE. Esto generó pérdidas cambiarias por 169 mil 115 millones de pesos. La empresa, que depende en un 80% de gas comprado en dólares, se vio atrapada por la volatilidad del mercado internacional. Una planeación deficiente parece haberla dejado sin escudo ante estas fluctuaciones.
Por si fuera poco, el cambio de régimen tributario asestó otro golpe. Desde noviembre de 2024, la CFE pasó a ser Empresa Pública del Estado, lo que implicó la cancelación de un ISR diferido por 174 mil 954 millones de pesos. Aunque la empresa asegura que esto no afecta su flujo de efectivo, el impacto en sus resultados es innegable. ¿Fue este cambio una decisión apresurada?
A pesar del panorama sombrío, la CFE reportó un aumento del 4.3% en sus ingresos totales, alcanzando 667 mil 244 millones de pesos. Este crecimiento se debió a un mayor número de usuarios y ajustes en las tarifas por la inflación. Al cierre de 2024, la empresa atendía a 49 millones de clientes, un 1.7% más que en 2023. Pero, ¿de qué sirve crecer en ingresos si las pérdidas son astronómicas?
En un intento por mostrar algo positivo, la CFE destacó una reducción del 0.7% en sus costos operativos, que sumaron 510 mil 206 millones de pesos. La caída en los precios del gas natural, un 24% más barato que en 2023, ayudó a este resultado. Sin embargo, esta mejora parece insignificante frente al tamaño del hoyo financiero en el que está sumida la empresa.
La utilidad de operación de la CFE mejoró un 24.4%, alcanzando 157 mil 038 millones de pesos, el nivel más alto en su historia. Además, el Ebitda, que mide la capacidad de generar flujo de efectivo, creció un 20.5% hasta los 245 mil 280 millones de pesos. Estos números, aunque positivos, no logran tapar el sol con un dedo: las pérdidas netas son un problema que no puede ignorarse.
La deuda de la CFE también es un dolor de cabeza. Al cierre de 2024, ascendió a 490 mil 499 millones de pesos, un 19% más que en 2023. El 63% de esta deuda está en moneda extranjera, lo que la hace vulnerable a más pérdidas si el peso sigue cayendo. Con una gestión así, el futuro de la empresa parece estar en juego.
Mientras la CFE se tambalea, el gobierno federal impulsa reformas para darle el control del 54% del mercado eléctrico. La idea es fortalecer a la empresa, pero con estos resultados financieros, muchos se preguntan si este es el camino correcto. ¿Podrá la CFE salir de este bache o seguirá siendo un lastre para el país?
El 2025 será un año clave para la Comisión Federal de Electricidad. Con una deuda creciente, pérdidas récord y una economía global incierta, la empresa enfrenta un entorno más que complicado. La ciudadanía espera respuestas claras y, sobre todo, una gestión que devuelva a la CFE el lugar que merece como motor de México.

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La CFE se hunde en pérdidas históricas: 13 mil 869 millones de dólares en 2024
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