La final de la Copa del Rey 2025 entre Real Madrid y Barcelona se ha visto envuelta en una controversia sin precedentes. A tan solo horas del esperado encuentro en el Estadio de La Cartuja, el Real Madrid ha decidido boicotear los actos previos al partido, desatando un enfrentamiento directo con los árbitros designados y la Real Federación Española de Fútbol.
El conflicto comenzó tras las declaraciones de Ricardo de Burgos Bengoetxea, árbitro principal, y Pablo González Fuertes, encargado del VAR. En una rueda de prensa, De Burgos, visiblemente emocionado, denunció el impacto personal de los vídeos publicados por Real Madrid TV, que critican los supuestos errores arbitrales en contra del club. El árbitro relató cómo su hijo ha sido acosado en la escuela, siendo llamado “ladrón” por las campañas mediáticas.
Por su parte, González Fuertes fue más allá, advirtiendo que el colectivo arbitral está considerando medidas drásticas que podrían “hacer historia”. Sus palabras, interpretadas por el Real Madrid como una amenaza, encendieron la furia del club blanco, que acusó a los árbitros de mostrar “animadversión y hostilidad” hacia ellos.
El Real Madrid emitió un comunicado oficial condenando las declaraciones de los árbitros. El club argumentó que los comentarios, realizados a solo 24 horas de la final, comprometen la imparcialidad del arbitraje y atentan contra los principios de equidad que deberían regir un evento de esta magnitud.
En un movimiento sin precedentes, el Real Madrid canceló su participación en el entrenamiento oficial en La Cartuja, la rueda de prensa previa con Carlo Ancelotti y Luka Modric, y el posado tradicional con la copa. Sin embargo, tras horas de incertidumbre, el club confirmó que sí jugará la final, aunque mantiene su exigencia de que se cambien los árbitros designados.
Javier Tebas, presidente de LaLiga, no se quedó callado ante el conflicto. En un mensaje en redes sociales, acusó al Real Madrid de intentar controlar el fútbol español y calificó sus acciones como un intento de desestabilizar la competencia. Tebas señaló que el club ha perdido la caballerosidad que históricamente lo caracterizaba.
La Federación Española de Fútbol, por su parte, se mantiene firme en su decisión de no reemplazar a los árbitros. Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros, hizo un llamado a la calma, subrayando la importancia de que la final sea una celebración del fútbol y no un campo de batalla.
El Atlético de Madrid, que no participa en la final, también se pronunció. El club colchonero emitió un comunicado criticando la actitud del Real Madrid, lo que ha avivado aún más la tensión en el fútbol español.
Este enfrentamiento ha trascendido las fronteras del deporte, generando un debate sobre la relación entre los clubes, los árbitros y los medios de comunicación. La final de la Copa del Rey, que prometía ser un espectáculo futbolístico, ahora está marcada por una polémica que amenaza con opacar el juego.
A pesar de la tormenta, los aficionados esperan un partido vibrante entre dos gigantes del fútbol. Sin embargo, las heridas abiertas por este conflicto podrían tener repercusiones a largo plazo en la organización del fútbol español.