La Comisión Federal de Electricidad cerró el 2024 con un agujero financiero de proporciones colosales: pérdidas por 271 mil 574 millones de pesos, equivalentes a unos 13 mil 869 millones de dólares. Este resultado, más del doble de lo reportado inicialmente en febrero, refleja un manejo desastroso que pone en jaque la estabilidad de la empresa estatal.
El desplome financiero contrasta con los beneficios de 96 mil 191 millones de pesos que la CFE presumió en 2023. Según los estados financieros auditados, dos factores principales hundieron las cuentas: el impacto de la depreciación del peso en los arrendamientos bajo normas internacionales y un cambio en el régimen tributario que golpeó duramente a la paraestatal.
A pesar del panorama sombrío, la CFE reportó un aumento del 4.3% en sus ingresos totales, alcanzando 667 mil 244 millones de pesos. Sin embargo, este crecimiento no fue suficiente para compensar el descalabro en las utilidades, evidenciando una gestión que parece incapaz de enderezar el rumbo.
Uno de los puntos críticos fue el efecto del tipo de cambio. Con el 63% de su deuda en moneda extranjera, la CFE es extremadamente vulnerable a las fluctuaciones del peso, que en 2024 se depreció casi un 20%. Este factor disparó los costos financieros, agravando las pérdidas.
Por otro lado, la empresa destacó una reducción del 11.7% en el costo de los energéticos, principalmente por la caída en el precio del gas natural, que costó un 24% menos que en 2023. Esta disminución permitió ciertos ahorros, pero no logró contrarrestar el impacto de las malas decisiones administrativas.
La CFE también presumió una mejora del 24.4% en su utilidad de operación, que alcanzó 157 mil 038 millones de pesos, el nivel más alto en su historia. Este indicador, sin embargo, parece un magro consuelo frente a las pérdidas netas que duplican los peores pronósticos.
El flujo de efectivo, medido por el Ebitda, mostró un crecimiento del 20.5%, situándose en 245 mil 280 millones de pesos. Aunque esta cifra refleja cierta capacidad operativa, no oculta el hecho de que la empresa está lejos de ser rentable bajo el actual modelo de gestión.
La deuda total de la CFE escaló a 490 mil 499 millones de pesos, un aumento del 19% respecto a 2023. Este endeudamiento, combinado con la volatilidad cambiaria, plantea serios desafíos para 2025, donde la paraestatal deberá contener costos y optimizar recursos si quiere sobrevivir.
El panorama para la CFE es preocupante. Con un entorno económico adverso y una administración que no logra estabilizar las finanzas, la empresa enfrenta un futuro incierto que podría impactar el suministro eléctrico y los bolsillos de los mexicanos.
Mientras tanto, las autoridades responsables guardan silencio. La falta de claridad sobre cómo se abordará esta crisis financiera solo alimenta las dudas sobre la capacidad del gobierno para rescatar a una de las empresas más importantes del país.

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¡DESASTRE EN CFE! PÉRDIDAS MILLONARIAS SACUDEN A LA PARAESTATAL EN 2024
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