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La tumba del Papa Francisco: un adiós sencillo y lleno de simbolismo en Santa María la Mayor

La Santa Sede ha revelado la primera imagen de la tumba del Papa Francisco, un espacio que refleja la humildad que marcó su pontificado. Ubicada en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, la sepultura será sencilla, situada directamente en el suelo, siguiendo las disposiciones del propio pontífice en su testamento.
El lugar elegido no es casual. La tumba se encuentra en la nave izquierda de la basílica, cerca de la Capilla Paolina, hogar de la Virgen Salus Populi Romani, a quien Francisco profesaba una profunda devoción. Este espacio, cargado de significado espiritual, resalta la conexión del Papa con la fe y la simplicidad.
La lápida, hecha de mármol de Liguria, llevará una sola palabra: FRANCISCUS, su nombre pontificio en latín. Este detalle, también indicado en su testamento, subraya su deseo de un descanso eterno sin ostentaciones, fiel a su estilo de vida austero.
En la pared sobre la tumba, una reproducción en plata de su crucifijo pectoral, con la imagen del Buen Pastor, será el único adorno. Este símbolo, que acompañó a Francisco durante su papado, representa su compromiso con los más necesitados y su visión de una Iglesia cercana al pueblo.
La elección de Santa María la Mayor, en lugar de la cripta vaticana, rompe con la tradición. Francisco expresó en vida su preferencia por este lugar, vinculado a su espiritualidad y a su devoción por la Virgen. La tumba está ubicada junto al altar de San Francisco de Asís, el santo de los pobres cuyo nombre adoptó.
El funeral del Papa, programado para el sábado, será un evento solemne al que asistirán líderes mundiales, incluido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Tras la ceremonia, un cortejo fúnebre recorrerá Roma hasta llegar a la basílica, donde Francisco será sepultado.
La preparación de la tumba fue financiada por un benefactor anónimo, un gesto que refleja el impacto del Papa en quienes lo conocieron. Este detalle, también dispuesto por Francisco, asegura que su legado no se vea empañado por gastos excesivos.
La despedida de Francisco, con una tumba sencilla y simbólica, es un recordatorio de su mensaje: una Iglesia humilde, centrada en la fe y el servicio. Su descanso eterno, entre la Virgen y el santo de los pobres, encapsula la esencia de su vida y su pontificado.

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